Antes de comenzar esta aventura es necesario hacer una aclaración: los minoicos no eran griegos, entonces el lector se preguntará ¿por qué hablaremos de ellos?, la respuesta es simple, la influencia de los minoicos en la primera civilización griega fue fundamental, como lo veremos a continuación.
Hacia finales del siglo XIX, Arthur Evans, un arqueólogo inglés, viajaba a menudo a Grecia en busca de antigüedades. En uno de esos viajes, encontró en Atenas las llamadas "piedras de leche", una especie de amuletos muy apreciados por las mujeres de la región. Evans, que era extremadamente miope, observó de cerca aquellas piedras y se percató de los delicados detalles de los grabados que había en ellas. Además de escenas de caza y navegación, encontró una especie de inscripciones que se asemejaban a jeroglíficos. Intrigado por su descubrimiento, Evans se dedicó a comprar todas las piedras que encontró y ha seguirles el rastro, lo cual lo llevó a Creta. Después de arduas negociaciones con el gobierno local, Evans consiguió permiso para realizar excavaciones en Cnosos.
Después de diversas excavaciones, Arthur Evans descubrió las ruinas de un enorme palacio (figura 1) de aproximadamente mil quinientas habitaciones. En aquella construcción había huellas por todas partes del culto hacia el toro, sobre todo en los hermosos frescos que Evans encontró ahí. Dejándose llevar por el mito, el arqueólogo inglés denominó a esta civilización con el nombre de "minoicos" en honor al legendario rey Minos.
Figura 1 |
Lamentablemente aun no se sabe con certeza de dónde provenían los minoicos, quizá eran habitantes de la isla desde el Neolítico o quizá llegaron desde la península de Anatolia. Tampoco hay un consenso entre los especialistas sobre cómo dividir la historia de los minoicos. Por ejemplo el arqueólogo griego Nicolás Platón propuso dividir la historia de los minoicos de la siguiente manera:
- Periodo Prepalacial: 2000 a.C
- Los Primeros Palacios, hasta 1700 a.C
- Los Segundos Palacios, hasta 1400 a.C.
- Periodo Postpalacial hasta 1100 a.C
El periodo que más nos interesa es el que transcurre entre los años 2000 y 1400 a.C, durante los primeros y segundos Palacios. Hacia aproximadamente el año 1700 a., los Palacios fueron reconstruidos después de una catástrofe, fue ahí el comienzo de su época de mayor esplendor.
Según los especialistas, la tríada mediterránea fue clave para el apogeo de la civilización minoica. En Creta existen pruebas de que en época temprana, sus habitantes empezaban a tomarse la producción de vino y aceite con criterios casi industriales. Se han encontrado grandes tinajas para ambos productos. Con ese tipo de producción es lógico pensar que comerciaban con ello, y no hay duda de que así fue. Exportaban aceite, vino y cerámica. También se ha encontrado influencia del arte minoico en dagas de la Grecia Micénica.
Ejemplo de cerámica minoica |
En cuanto las importaciones, los minoicos adquirían cobre y también en cierta época algunos objetos de lujo procedentes de medio oriente y de Egipto, tales como: obsidiana, laspislázuli, mármol, esmeril de Naxos, basalto del sur de Grecia, ámbar, plumas y huevos de avestruz. De Egipto adquirían objetos manufacturados como tallas de marfil y escarabeos. Dicho contacto comercial con el país del Nilo se ha confirmado por restos arqueológicos e inscripciones y existe bastante acuerdo entre los historiadores en que los textos egipcios que hablan del país de Keftiu se refieren a Creta.
Habitantes del país de Keftiu portando regalos |
Sobre la arquitectura minoica es muy característica y se reconoce por la forma de sus columnas: mientras que las columnas clásicas se estrechan conforme ascendían, las cretenses eran como un tronco de árbol invertido, con la parte más estrecha en la base y la ancha en contacto con el capitel. Normalmente, se pintaban de rojo y tenían la superficie pulida, pero a veces presentaban estrías verticales o incluso espirales, lo que las hacía parecer pirulís gigantes.
Aunque cause decepción es necesario aclarar que la imagen que recibimos del palacio de Cnosos al ver fotografías o reconstrucciones está algo falseada. No son as ruinas originales: Arthur Evans restauró ciertas zonas del palacio tal como él creía que debían ser. Lo mismo ocurre con muchos frescos minoicos. Al contemplarlos, es fácil apreciar zonas que mantienen el brillo de la coloración, mientras que otras se ven mates y estás mucho más resquebrajadas. Estas últimas son las auténticas.
Aclarado lo anterior, prosigamos. Los palacios no eran edificios aislados, sino que a su alrededor crecían auténticas ciudades, con mansiones y casas de varios pisos. Por las pinturas donde aparecen edificios, parece que en la planta bajo no había ventanas, pero sí en las superiores. También se aprecian pequeñas habitaciones construidas sobre el tejado, quizá para dormir en las noches más calurosas de verano.
Las ciudades cretenses eran populosas, y para el estándar de la época eran realmente avanzadas, incluso más que las ciudades griegas de siglos posteriores. Un ejemplo lo tenemos en su fontanería. Se han encontrado conos truncados de terracota, al encajar unos con otros, formaba un ingenioso sistema de conducción para llevar el agua potable. En el palacio de Cnosos existía una compleja red de drenaje, con conductos y cisternas que descargaban el agua de la lluvia y la llevaban a otros canales subterráneos de piedra, revestidos de yeso y provistos de bocas de inspección. Incluso había retretes conectados a este sistema. No sólo los palacios contaban con este tipo de sistema, se han encontrado las mismas instalaciones en la casa de Tera, las mejor conservadas del mundo minoico.
Fuente: La gran aventura de los griegos. J. Negrete.
Fuente: La gran aventura de los griegos. J. Negrete.
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