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sábado, 2 de septiembre de 2017

Castilllo de Kaiserburg

Fundada poco después del año 1000 y convertida en 1219 en ciudad del Sacro Imperio Romano por decreto de Federico II, Núremberg fue hasta el siglo XVI el mayor centro comercial de Alemanía, al que llegaban desde Venecia las mercancías procedentes de Oriente. Sus casa aparecían dominadas por la altura de dos fortalezas levantadas en un montículo, dos castillos rivales construidos uno frente a otro: el Burggrafenburg de la poderosa familia Soller, y el Kaiserbugr, el castillo imperial confiado a la ciudad. Durante trescientos años las guarniciones de los dos castillos se miraron con recelo, y en más de una ocasión se enfrentaron con las armas hasta que en 1427 los Zolder, que no lograban doblegar a aquella población cada vez más rica y más defensora de su libertad, decidieron vender Burggrafenburg al consejo de la ciudad. Los castillos enfrentados se fusionaron en uno solo y fue conocido con el nombre de Kaiserburg. Este último ya había sido residencia imperial por Federico Barbarroja, y hasta 1571 todos los emperadores alemanes parmanecieron en él más o menos tiempo. El castillo, sin embargo, no fue nunca amueblado, por ello cada vez que el emperador anunciaba su inminente llegada, la familia más rica de aquella ciudad de comerciantes estaba obligada a prestar muebles, lencería, tapices y cualquier otra cosa que pudiera servir al soberano y a su numeroso séquito.

La fortaleza, no actualizada y militarmente anticuada, no consiguió defender la ciudad durante la guerra de los treinta años. Pero la decadencia de Núremberg ya se había iniciado un siglo antes, después de un periodo de gran esplendor durante el que sus ferias veían acudir a compradores de toda Alemania en búsqueda de sus productos, entre ellos los famosos "huevos de Núremberg", es decir, los primeros relojes de bolsillo.

Durante las primera décadas del siglos XVI el descubrimiento portugués de la nueva ruta hacia las Indias doblando el Cabo de Buena Esperanza, desvió el comercio por especias de Venecia a Lisboa, y en consecuencia a Amberes que sustituyó a Núremberg como emporio de la Europa septentrional. El castillo de Kaiserburg no vivió más las suntuosas y alegras llegadas de la corte imperial, y permaneció abandonado hasta su restauración en el siglo XIX.

El Kaiserburg es la parte principal del castillo. Dos son sus particularidades arquitectónicas, que se encuentran en sus extremos: la torre Sinwell que domina sobre el conjunto, como símbolo del mismo castillo,  y en los enormes graneros subterráneos donde fue guardado el grano durante un siglo.

El interior muestra todavía una sugestiva sala de estilo gótico y antiguos muebles, como en la Kaisersaal y en la Rittersaal. Muy especial es la Doppelkapelle, o doble capilla, formada por dos estancias consagradas y unidas entre sí, de las que una, la superior, estaba destinada al soberano y a sus familiares y la otra al pueblo.

En el castillo se halla hoy un célebre museo que custodia todo tipo de reliquias medievales unidas a la historia dinástica de la ciudad de Núremberg (aquí era custodiada la Santa Lanza, con la que habría sido atravesado el costado de Cristo). Los poderosos contrafuertes externos estaban separados por un amplio y profundo foso y fueron estudiados para eliminar los ángulos muertos y favorecen el tiro cruzado.

La imagen puede contener: cielo, casa, exterior y naturaleza

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