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domingo, 23 de julio de 2017

LA GESTA DE BEOWULF


Compuesta en el siglo VII de la Era Cristiana, la gesta de Beowulf es acaso el poema más antiguo de las literaturas germánicas. Fue descubierto en 1705 y registrado en un catálogo de manuscritos anglosajones como epopeya de las guerras entre los daneses y los suecos. Esta definición errónea se debe a las dificultades del lenguaje poético; a principios del siglo XVIII había en Inglaterra eruditos capaces de comprender la prosa anglosajona, pero no de descifrar un poema. 

Atraído por la mencioón del catálogo, un erudito danés, Thorkelin, fue a Inglaterra en 1786 para copiar el manuscrito. Veintiún años consagró a estudiarlo, a transcribirlo y a prepararlo, con una traducción latina para la imprenta. En 1807, la escuadra inglesa atacó Copenhague, incendió la casa de Thorkelin y destruyó el piadoso fruto de tantos años y de tantos afanes. 

Encarnada en hombres vilentos, en hombres más afines a Beowulf que al editor de Beowulf, la pasión patriótica que había llevado a aquél a Inglaterra ahora se volvía contra él y aniquilaba su trabajo. Thorkelin se sobrepuso a esa desventura y publicó en 1815 y publicó en 1815 la edición príncipe de Beowulf. 

Exclídos algunos episodios secundarios, la Gesta de Beowulf consta de dos partes, que pueden resumirse como sigue: 

Beowulf, que en su puño tiene la fuerza de treinta hombres, llega con su gente a la corte de Hrothgar, que reina en Dinamarca. Hace doce años -doce inviernos, dice el poema- que un demonio de las ciénegas, Grendel, de forma gigantesca y humana, penetra durante las noches oscuras en la sala del rey para matar y devorar a los guerreros. Grendel es de la raza de Caín. por obra de un encantamiento, es invulnerable a las armas. Beowulf promete darle muerte y lo espera, desarmado y desnudo, en la oscuridad. Los guerreros duermen; Grendel hace pedazos a uno de ellos, lo devora, huesos y todo, y bebe a grandes tragos la sangre, pero cuando quiere atacar a Beowulf le arranca el brazo, Grendel, huye gritando a su ciénega. Huye para morir; la enorme mano, el brazo y el hombro quedan como trofeo. Esa noche se festeja la victoria, pero la madre de Grender -"loba de mar, mujer del mar, loba del fondo del mar"- penetra en la sala, mata a un amigo de Hrothgar y se lleva el brazo del hijo. Beowulf sigue por desfiladeros y páramos el rastro de la sangre; al fin llega a la ciénega. En el agua estancada hay sangre caliente y serpientes y la cabeza del guerrero. Beowulf, armado, se arroja a la ciénega y nada bueno parte del día antes de tocar fondo. En una cámara submarina, sin agua y con luz inexplicable, Beowulf combate con la bruja, la decapita con una espada monumental que pende del muro; luego decapita el cuerpo de Grendel. La sangre de Grendel quema la hoja de la espada; Beowulf resurge, al fin, de la ciénega con la empuñadura y la cabeza. Cuatro hombres llevan la pesada caveza a la sala real. Así concluye la primera parte del poema. 

La segunda ocurre años después. Beowulf es rey de Suecia; en su historia entra un dragón que merodea en las noches oscuras. Hace trescientos años que el dragón es guardián de un tesoro; un esclavo fugitivo se esconde en su caverna y se lleva un jarro de oro. El dragón despiera, nota el robo y resulve matar al ladrón; a ratos, baja a la caverna y la revisa bien (Curiosa invención del poeta atribuir al azorado dragón esa inseguridad tan humana). El empieza a desolar el reino. El viejo rey va a su caverna. Grita, el dragón sale, ambos duramente combaten. Beowulf mata al dragón y muere envenenado por una mordedura del monstruo. Lo entierra; doce guerreros calbalgan alrededor del túmulo "y deploran su muerte, lloran al rey, repiten su elegía y celebran su nombre"...


Fuente del texto: Antiguas literaturas germánicas. J.L.Borges. 

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