Situación del mundo en el siglo VIII
Mientras el oriente de Asia gozaba de un auge pacífico, el sur de Europa se vio transformado por los sarracenos: los moros, que vivían al norte de África, invadieron la península ibérica. Se dice que fueron españoles los que pidieron que atacaran la corte. El rey visigodo murió en el año 711 empezó la dominación árabe. En América florecían la cultura maya y andina y aunque Teotihuacan estaba en decadencia, algunas ciudades mayas estaban en apogeo en el periodo clásico.
Construcción del Buda gigante
En el año 743 el emperador Shômu deseaba construir una enorme estatua de Buda, pero con la entusiasta colaboración de sus súbditos, por lo que emitió el siguiente decreto: "Para fabricar una gran imagen de Buda que nos proteja y ayude a gozar de una vida feliz, recolectaremos junto con los fieles la mayor cantidad posible de cobre y madera del país. Aun cuando poseo todos los recursos y un inmenso poder, y con ello puedo realizar la tarea fácilmente, a la obra le faltaría corazón. Forzar a la gente a construirla causaría descontento en el pueblo, al grado que se consideraría delito evitar el trabajo. Así pues, hagámosla solo con voluntarios, con aquellos que estén conscientes de la importancia de crear una imagen venerable y que recen a Buda tres veces al día con fiel corazón. Los oficiales no deberán explotar ni exigir mayores tributos a los campesinos."
Asimismo el emperador dijo a su hija (la futura emperatriz Kôken) que si no terminaba la tarea la continuaría en la siguiente vida, renaciendo en un hombre. Gracias a antiguos documentos sabemos que cooperaron cerca de 450, 000 voluntarios y que, pese a las buenas intenciones del emperador, el sistema burocrático explotó brutalmente a los campesinos.
La elaboración de una imagen enorme tiene su origen en una teoría budista, según esta el Buda principal envió mil shacas (manifestaciones de Buda) como ayudantes para socorres a los que sufren en los mil mundos, los cuales se encuentran representados por los pétalos del nenúfar sobre el que Buda esta sentado. Si cada pétalo simboliza un mundo entero y si hay mil pétalos en la base , la imagen de Buda no podría ser pequeña. La estatua de Buda y su edificio fueron destruidos por el fuego en varias ocasiones por lo que los actuales no son originales, excepto el nenúfar que sirve de base. Según documentos aquellos eran un poco más grandes y hermosos.
Para fundir y chapar la estatua de más de 16 metros de altura, se utilizaron 450 toneladas de cobre y 59 kilogramos de oro. La realización de esta tarea fue difícil y trabajosa debido a las técnicas rudimentarias que se usaban. Se necesitaron siete años e innumerables obreros para terminarla. Gracias a los archivos conocemos con detalle la ceremonia de inauguración que se celebró en 752, en la que hubo música y danzas chinas y coreanas y hasta camboyanas.
Conspiración fallida
En el año 749 el emperador abdicó a favor de la princesa heredera Kôken, quien nombró a su primo Fujiwara-no-Nakamano consejero mayor, como el más importante de sus colaboradores. Esta decisión provocó el descontento de Tachibana-no-Naramaro, nieto del dignatario favorito del emperador Shômu, por lo que planeó, junto con otros conspiradores, matar a Nakamaro, abolir el reinado de la emperatriz y designar un nuevo emperador. Acusaba a la emperatriz y a Nakamaro de afligir mucho al pueblo al malgastar el tesoro nacional y explotarle excesivamente con la fabricación de las estatuas budistas y sus templos. De hecho, la construcción del enorme Buda y su templo requirió grandes gastos y trabajos. Aun cuando el emperador intentó construirlo solo con voluntarios, esto no fue posible: tuvo que pagar a los obreros y dar a los voluntarios los puestos más altos como compensación, lo que impidió mayores dispendios.Pero no solo se trató del enorme Buda en una época de enormes sequías y epidemias: el emperador ordenó construir varias imágenes de Buda y dos templos en cada uno de los 62 estados. Aunque su intención fue pura y justa, durante su mandato el pueblo sufrió mucho, y el régimen se debilitó. La emperatriz y Nakamaro procuraron recuperar las finanzas en vano, pues también gastaron mucho en asuntos budistas, lo que sirvio de pretexto a Naramaro para conspirar.
La rebelión de Naramaro fracasó: antes de poder llevarla a cabo, la emperatriz y Nakamaro se enteraron y, en seguida mandaron a apresar a los conspiradores. Algunos de los cabecillas murieron a causa de las torturas y otros se exiliaron a lugares lejanos. Según consta en docuementos, el número de castigados llegó a 443.
Debilitamiento del poder
El gobierno de Shômu tomó dos decisiones políticas muy importantes que obstaculizaron el fortalecimiento del poder imperial: permitió la propiedad privada de la tierra y estableció el fondo nuevo en la sede imperial de los estados.
Desde la Reforma de Taika, los emperadores habían procurado la nacionalización de las tierras prohibiendo la propiedad privada con el fin de reforzar la idea de que la tierra pertenecía al imperio. Sin embargo, en 743, Shômu se desvió de ese camino. En su decreto se lee: "En vista de que los campos nacionales se descuidan al registrarlos de nuevo, porque los campesinos pierden el afán de cultivarlos, permito la propiedad privada de la tierra a perpetuidad". A decir verdad, el emperador decidió lo anterior bajo la presión de los nobles, quienes quería tener sus campos privados para manejarlos a voluntad. Por supuesto habia una gran diferencia entre la cantidad de tierra permitida a los nobles y a los plebeyos.
Por otra parte, el gobierno central decidió crear, bajo la dirección del gobernador, el fondo para el arroz, el cuál se financiaba con parte del tributo acumulado en la bodega imperial. Los gobernadores le prestaban arroz al pueblo con un interés anual del 50% con el que cubrieron el déficit y los gastos de transportación y el resto lo tomaron para ellos con autorización oficial, a fin de que manejaran mejor sus provincias. Con esta enmienda el gobierno cobraba el tributo con mayor seguridad, pero el sistema político también se desvió: al principio, el préstamos que se hacía al pueblo era para socorrerle en cualquier apuro económico pero este objetivo se perdió. Mientras el gobierno esperaba el interés como un tributo, los gobernadores lo aprovechaban para acumular riqueza.
Enseñanza del confucianismo
En 757 la emperatriz Kôken emitió un edicto que ordena a todo el pueblo apreciar a sus padres y a sus mayores, compañeros y maestros, y quienes no lo hicieran así, debían ser enviados a lugares remotos. Estos principios morales tienen su origen en el confucianismo.
Junto con los conocimientos chinos más avanzados, entraron en Japón sus principales doctrinas filosóficas. Después del budismo, las más influyentes, fueron el confucianismo, fundada por Confucio en el siglo V a. C. y desarrollada por sus sucesores. Esta filosofía esta constituida por un código moral cuyo fin es mantener la armonía del orden social. Se fomenta la obediencia al señor y a los padres, y como doctrina influyó mucho en la formación del pensamiento del pueblo japonés. En la actualidad aún son evidentes las diferencias en las formas de hablar de ancianos y jóvenes, tanto por su vocabulario como por el tono.
El monje que llegó a la cumbre
En japonés hacerse monje significa "salir de casa", es decir, abandonar lo secular con el fin de dedicarse a lo religioso y al estudio. Para demostrarlo y como un gesto de humildad los monjes y monjas se afeitan la cabeza. Sin embargo, también existen los que aman la vida secular y tienen ambiciones en este mundo. Este fue el caso de Dôkyô, importante monje que vivió a finales del siglo VIII.
Aunque no se sabe precisamente cuando llegó a la corte, se cree que Dôkyô se acercó a la emperatriz cuando estaba enferma y la atrajo con su figura y su conocimiento del budismo, convirtiéndose pronto en su favorito. En 758 la emperatriz abdicó en favor del príncipe heredero, Zyunnin, aunque siguió siendo muy poderosa. Fujiwara-no-Nakamaro, quien gozaba de máximo prestigio en la corte, pretendió hacerse de Dôkyô y se reveló contra la emperatriz. Al fracasar en su intento fue ejecutado. El emperador Zyunnin fue derrocado y desterrado a una isla, dónde murió al año siguiente.
Tras la ejecución de los rebeldes, la ex emperatriz subió de nuevo al trono con el nombre de Shôtoku, y junto con Dôkyô gobernó el país durante siete años, inclinándose demasiado al budismo y derrochando los recursos en la construcción de enormes templos. Shôtoku nombró a Dôkyô primer ministro, a pesar de que era un religioso y no un político. Los burócratas por su parte estaban temerosos, ya que la política se había estancado y la emperatriz no dudaba en castigar a los sospechosos. Refiriéndose a esta época un noble escribió "Todos están desalentados y el tesoro es escaso".
Tiempo después, desde el gran santuario sintoísta de Usa-hachiman llegó un oráculo de la capital: "Para la prosperidad del país, Dôkyô debe convertirse en emperador" Como la emperatriz estaba de acuerdo en que Dôkyô subiera al trono desoués de su muerte, necesitaba persuadir a sus súbditos de su decisión. Así, pues, envió a Wake-no-Kiyomaro como embajador especial para conocer bien el oráculo.
Meses después, regresó Kiyomaro y rindió el siguiente informe "El verdadero oráculo dice que en Japón se distingue, desde el principio de la creación del país, el emperador de sus vasallos; por lo tanto, el emperador debe elegirse entre la familia imperial, la cuál rechazará al vasallo que pretenda subir al trono". Al escuchar esto, Dôkyô enfureció y mandó al exilio a Kiyomaro en una isla remota, quintandole todos sus títulos. Un año después, la emperatriz Shôtoku murió y Dôkyô perdió todos sus privilegios. No se sabe si las palabras de Wake-no-Kiyomaro fueron ciertas o no, pero hasta antes de la Segunda Guerra Mundial era respetado como héroe nacional.
Desde la Reforma de Taika, los emperadores habían procurado la nacionalización de las tierras prohibiendo la propiedad privada con el fin de reforzar la idea de que la tierra pertenecía al imperio. Sin embargo, en 743, Shômu se desvió de ese camino. En su decreto se lee: "En vista de que los campos nacionales se descuidan al registrarlos de nuevo, porque los campesinos pierden el afán de cultivarlos, permito la propiedad privada de la tierra a perpetuidad". A decir verdad, el emperador decidió lo anterior bajo la presión de los nobles, quienes quería tener sus campos privados para manejarlos a voluntad. Por supuesto habia una gran diferencia entre la cantidad de tierra permitida a los nobles y a los plebeyos.
Por otra parte, el gobierno central decidió crear, bajo la dirección del gobernador, el fondo para el arroz, el cuál se financiaba con parte del tributo acumulado en la bodega imperial. Los gobernadores le prestaban arroz al pueblo con un interés anual del 50% con el que cubrieron el déficit y los gastos de transportación y el resto lo tomaron para ellos con autorización oficial, a fin de que manejaran mejor sus provincias. Con esta enmienda el gobierno cobraba el tributo con mayor seguridad, pero el sistema político también se desvió: al principio, el préstamos que se hacía al pueblo era para socorrerle en cualquier apuro económico pero este objetivo se perdió. Mientras el gobierno esperaba el interés como un tributo, los gobernadores lo aprovechaban para acumular riqueza.
Enseñanza del confucianismo
En 757 la emperatriz Kôken emitió un edicto que ordena a todo el pueblo apreciar a sus padres y a sus mayores, compañeros y maestros, y quienes no lo hicieran así, debían ser enviados a lugares remotos. Estos principios morales tienen su origen en el confucianismo.
Junto con los conocimientos chinos más avanzados, entraron en Japón sus principales doctrinas filosóficas. Después del budismo, las más influyentes, fueron el confucianismo, fundada por Confucio en el siglo V a. C. y desarrollada por sus sucesores. Esta filosofía esta constituida por un código moral cuyo fin es mantener la armonía del orden social. Se fomenta la obediencia al señor y a los padres, y como doctrina influyó mucho en la formación del pensamiento del pueblo japonés. En la actualidad aún son evidentes las diferencias en las formas de hablar de ancianos y jóvenes, tanto por su vocabulario como por el tono.
El monje que llegó a la cumbre
En japonés hacerse monje significa "salir de casa", es decir, abandonar lo secular con el fin de dedicarse a lo religioso y al estudio. Para demostrarlo y como un gesto de humildad los monjes y monjas se afeitan la cabeza. Sin embargo, también existen los que aman la vida secular y tienen ambiciones en este mundo. Este fue el caso de Dôkyô, importante monje que vivió a finales del siglo VIII.
Aunque no se sabe precisamente cuando llegó a la corte, se cree que Dôkyô se acercó a la emperatriz cuando estaba enferma y la atrajo con su figura y su conocimiento del budismo, convirtiéndose pronto en su favorito. En 758 la emperatriz abdicó en favor del príncipe heredero, Zyunnin, aunque siguió siendo muy poderosa. Fujiwara-no-Nakamaro, quien gozaba de máximo prestigio en la corte, pretendió hacerse de Dôkyô y se reveló contra la emperatriz. Al fracasar en su intento fue ejecutado. El emperador Zyunnin fue derrocado y desterrado a una isla, dónde murió al año siguiente.
Tras la ejecución de los rebeldes, la ex emperatriz subió de nuevo al trono con el nombre de Shôtoku, y junto con Dôkyô gobernó el país durante siete años, inclinándose demasiado al budismo y derrochando los recursos en la construcción de enormes templos. Shôtoku nombró a Dôkyô primer ministro, a pesar de que era un religioso y no un político. Los burócratas por su parte estaban temerosos, ya que la política se había estancado y la emperatriz no dudaba en castigar a los sospechosos. Refiriéndose a esta época un noble escribió "Todos están desalentados y el tesoro es escaso".
Tiempo después, desde el gran santuario sintoísta de Usa-hachiman llegó un oráculo de la capital: "Para la prosperidad del país, Dôkyô debe convertirse en emperador" Como la emperatriz estaba de acuerdo en que Dôkyô subiera al trono desoués de su muerte, necesitaba persuadir a sus súbditos de su decisión. Así, pues, envió a Wake-no-Kiyomaro como embajador especial para conocer bien el oráculo.
Meses después, regresó Kiyomaro y rindió el siguiente informe "El verdadero oráculo dice que en Japón se distingue, desde el principio de la creación del país, el emperador de sus vasallos; por lo tanto, el emperador debe elegirse entre la familia imperial, la cuál rechazará al vasallo que pretenda subir al trono". Al escuchar esto, Dôkyô enfureció y mandó al exilio a Kiyomaro en una isla remota, quintandole todos sus títulos. Un año después, la emperatriz Shôtoku murió y Dôkyô perdió todos sus privilegios. No se sabe si las palabras de Wake-no-Kiyomaro fueron ciertas o no, pero hasta antes de la Segunda Guerra Mundial era respetado como héroe nacional.
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