Considerado uno de los valles más bellos del Trentino, el Anaunia o Valle de Non, conocido por sus manzanos, es también el que tiene más castillos, llegando se a contar hasta veinticinco. Y eso que se trata sólo de los que han quedado escampados después de repetidas destrucciones, porque los habitantes de la zona se levantaron numerosas veces contra las malversaciones de los delegados del príncipe-obispo de Trento, señor feudal de esas tierras, y también e los nobles locales.
Las revueltas producidas entre 1407 y 1477, sobre todo la "guerra campesina" de 1525, levantamiento campesino teñido de luteranismo, destruyeron unos cuantos castillos. Por su parte, algunas familias aristocráticas del valle tomaron partido por el obispo trentino, mientras otras lo hicieron por su rival el conde del Tirol, por lo que entraron a menudo en guerra, atacando los respectivos castillos y destruyéndolos hasta los cimientos.
Entre esta belicosa y montaraz nobleza descartaron los Thun o Tono, que consiguieron superar casi indemnes estas tempestades políticas, manteniendo su poderío hasta el siglo XVIII. El castillo del que tomaron el nombre se remonta al siglo XVIII pero fue construido en forma de residencia señorial en 1569. Restaurado en 1925, todo el conjunto se levanta en una cima aislada, rodeada de cuatro murallas apoyadas sobre contrafuerte.
Pos sus características generales se encuentra entre los castillos más grandes de la región (tenía unas ciento cincuenta estancias, de las que una era utilizada solo para los funerales). Pertenecía a una poderosa familia de señores del Valle de Non y de Sole, los Thun que también poseían los castillos de Bragher, Caldes y Castelfondo y presumían de poder caminar sobre sus propias tierras desde el Passo Tonale a Trento.
Es uno de los ejemplos más impresionantes de la arquitectura fortificada trentina, en el que domina el estilo gótico y esta rodeado por un complejo sistema de fortificaciones constituidas por torres y contrafuertes, fosos, camino de ronda y una imponente puerta llamada la Española (1566), construida con grandes sillares almohadillados y situada en el centro de la zona septentrional de la muralla. Los edificios centrales fueron construidos con plantas rectangulares reforzadas con sólidos contrafuertes y cuatro torres. Después del foso se levanta otra muralla con troneras abocinadas y dos torres medievales almenadas. Las torres, curiosamente, no fueron construidas en los ángulos sino en el centro de las paredes amuralladas-
El patio interior dispone de una galería orientada hacia el sur (como siempre ocurre en los castillos de montaña). Las sucesivas adaptaciones convirtieron el castillo en una opulenta residencia de campo, desde 1668, un Thun se convirió en príncipe-obispo.
Es uno de los ejemplos más impresionantes de la arquitectura fortificada trentina, en el que domina el estilo gótico y esta rodeado por un complejo sistema de fortificaciones constituidas por torres y contrafuertes, fosos, camino de ronda y una imponente puerta llamada la Española (1566), construida con grandes sillares almohadillados y situada en el centro de la zona septentrional de la muralla. Los edificios centrales fueron construidos con plantas rectangulares reforzadas con sólidos contrafuertes y cuatro torres. Después del foso se levanta otra muralla con troneras abocinadas y dos torres medievales almenadas. Las torres, curiosamente, no fueron construidas en los ángulos sino en el centro de las paredes amuralladas-
El patio interior dispone de una galería orientada hacia el sur (como siempre ocurre en los castillos de montaña). Las sucesivas adaptaciones convirtieron el castillo en una opulenta residencia de campo, desde 1668, un Thun se convirió en príncipe-obispo.
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