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sábado, 27 de mayo de 2017

PERSEO Y MEDUSA


Se dice que un oráculo le advirtió a Acrisio, rey de Argos, de que su nieto le asesinaría. En un intento por evadir su destino, el rey corrió a su casa y encerró a Dánae, su única hija, en una torre con puertas de latón, la cual estaba custodiada por un perro salvaje y para cerciorarse de que no viera a persona alguna, él mismo le llevó con sus propias manos el alimento día a día. 

Un día mientras Dánae miraba el horizonte apoyada en las almenas, Zeus la observó e inmediatamente se enamoró de ella. Para no levantar sospechas, ni provocar los celos de Hera, el padre de los dioses se convirtió en lluvia de oro para así descender en la torre. Dánae corrió horrorizada al ver que la lluvia le seguía pero cuando Zeus cobró su forma habitual y le pidió unirse a él, la joven accedió. Pasaron los meses y Dánae dio a luz a un pequeño niño que fue llamado Perseo. Cuando Acrisio escuchó el llanto del niño, se encolerizó y cuestionó a su hija sobre quién era el padre del niño. Al saber la verdad, Acrisió no decidió asesinarles por temor a desatar la ira de Zeus, pero procedió a encerrarlos en un cofre y arrojarlos al mar; sí se ahogan es culpa de Poseidón, no mía, -pensó el rey. 

Cuando Zeus observó lo sucedido, le ordenó a Poseidón que mantuviera el mar en calma, y así lo hizo. Cierto día, mientras el cofre flotaba cerca de la isla de Séfiros, un pescador les observó y los rescató de su prisión, y cuando se aseguró que estaban en buenas condiciones, los llevó  ante Polidectes, rey de Séfiros. El rey quedó enamorado de la belleza Dánae y rápidamente le propuso matrimonio, a lo cual la joven se negó rotundamente. 

Dictis era el nombre del pescador que recogió a Dánae y a su hijo, y fue él quien les acogió en su casa, y educó a Perseo, que no tardó en convertirse en un joven fuerte y de gran belleza. A pesar de haber pasado muchos años, Polidectes aun estaba enamorado de Dánae, pero ahora era más peligroso acercarse a ella, ya que siempre estaba custodiada por su hijo. Un día, Polidectes invitó a todos a un gran banquete y les preguntó qué era lo que le regalarían, la mayoría de las personas contestó que un caballo, excepto Perseo, quien dijo que de ser necesario le llevaría la cabeza de la mismísima Medusa (una joven que había sido convertida en gorgona por ser descubierta por Atenea mientras Poseidón abusaba de ella dentro de un templo). Al otro día todos los jóvenes llevaron el caballo prometido, todos menos Perseo. Entonces Polidectes le ordenó al joven que fuera en busca de la cabeza de Medusa, de no ser así abusaría y tomaría por la fuerza a su madre. 

Hermes y Atenea acudieron en ayuda de Perseo. Atenea le entregó un escudo pulido para que lo utilizara como un espejo al cortare la cabeza a Medusa, evitando así convertirse en piedra; y Hermes le dio una hoz afilada. Pero Perseo aun necesitaba el casco que le proporcionara la invisibilidad del dios Hades, unas sandalias aladas y también una bolsa mágica para meter la cabeza de su víctima. Todo esto lo tenían las náyades del río Estigia. 

Para saber la ubicación de las náyades, Perseo tuvo que visitar a las Grayas, las tres hermanas que compartían un solo ojo y un solo diente, el joven se las ingenió para quitárselos y les amenazó que sólo se los devolvería cuando le revelaran la ubicación de las náyades, y así fue, entonces acudió con ellas y les amenazó también a ellas con revelar su ubicación a todo habitante del mundo sí no le facilitaban las armas que necesitaba, las náyades aceptaron. 

Perseo voló a una velocidad increíble, hasta llegar a la isla donde habitaba Medusa. Sigilosamente se acercó a ella y cuando tuvo la oportunidad le cortó la cabeza de un solo tajo; de la sangre que brotó nacieron infinidad de serpientes, y desde entonces Libia se convirtió en un lugar peligroso. Ya de regreso en Séfiros, acabó con Polidectes y regresó las armas a Hermes para que las entregara a sus respectivos dueños.  

Tiempo después, Perseo participó en unos juegos celebrados en Argos, su ciudad natal. La competencia en la que se inscribió era el lanzamiento de disco; al llegar su turno, Perseo lanzó con tanta fuerza el disco que llegó hasta las gradas, y golpeó a un anciano que cayó muerto por la fuerza del impacto, ese anciano era Acrisio, el abuelo de Perseo, y fue así como se cumplió la profecía que tiempo atrás había pronunciado el oráculo. 

2 comentarios:

  1. El mito cuenta que de la sangre de medusa surgió pegaso

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  2. Existen las dos versiones. La de Pegaso y la que se cuenta aquí. Saludos.

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