San Pablo organiza la iglesia al rededor de la figura de Jesús ligado a la traición de los esenios influida por las enseñanzas del Maestro. Era necesario construir una comunidad cristiana la cual al inicio estaba polarizada entre los Laicos y los Clérigos. Comenzó la divulgación de esta religión al rededor del mediterráneo en diversas latitudes con personas de diferentes culturas y tradiciones por lo que tuvieron que establecer reglas firmes para su teología influidas por el Neoplatonismo.
Es menester considerar que los cristianos de aquella época se distanciaban del Judaísmo y tuvieron que soportar persecuciones por parte del Imperio Romano por su negativa a rendir homenaje divino a los emperadores del momento, cosa que no sucedía con los judíos los cuales habían recibido una exención del culto a la Divinidad Imperial. El monoteísmo cristiano fue suavizado por el concepto de la Trinidad. La iglesia absorbe con facilidad diversos elementos proveniente de otras religiones: el último juicio (Egipto), la angelogía (Persia), celibato sacerdotal (mitraismo).
En la lucha contra las herejías se fue consolidando la doctrina de la Iglesia y el Nuevo Testamento, se empezó a formar el esqueleto organizatorio para la Iglesia con la separación entre laicos y Clero y las reglas para la designación y funcionamiento de los Obispos. La máxima autoridad dentro de la Iglesia correspondía al Consilium de Obispos de los cuales el Obispo de Roma llegaría a ser el Jefe Autocrático de la Iglesia.
Inicialmente la mayoría de los cristianos habían emanado de las clases sociales marginadas, con frecuencia, personas de mejor clase social comenzaron a interesarse por el cristianismo y después de la última persecución entre 303 y 311 se estableció la paz entre el imperio y los cristianos en los Edictos de Milan en 313. Constantino buscaba una fuente de material humanos educado y decente para su crecida burocracia, encontrandola en la pequeña burguesía cristiana, así fue como el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio en tiempos de Teodosio I, a partir de entonces la iglesia comenzó a recibir favores oficiales como la exención de impuestos, justicia interna propia, influencia de la justicia eclesiástica y en la administración pública.
La tendencia del Emperador de influir en las cuestiones Eclesiásticas organizatorias (Nombramiento de Obispos e inclusive teológicas ya que el Emperador se consideraba como un Episcopus Externus, él y no el Papa era el Pontifex Maximus, él y no el Patriarca de Constantinopla convocaba a los concilios del Imperio Oriental y el Emperador era quien los presidía y expedía el derecho canónico. Constantino convocó y organizó el Concilio de Nicea en 325 para obligar a la iglesia a conciliar sus dificultades internas. No podemos dejar de considerar el documento emitido por el Papa Gelasio I, a finales del siglo V dirigido al Emperador Anastasio del Imperio Romano Oriental en donde reconoce la existencia de dos jurisdicciones, la Espiritual y la Mundana. Reclamaban para cuestiones esenciales la superioridad del sacerdotes sobre los manarcas, así la iglesia entre en la segunda mitad del primer milenio con una clara jerarquía de los sacerdotes pero también bajo el control por parte del estado protector.
Al consolidarse la supremacía del obispo de Roma sobre los demás Obispos, las tareas del papado se circunscribieron en primer lugar a la penetración del cristianismo hacia el Norte de Europa, en dónde la herejía del arrianismo servía de puente entre el Paganismo y el Catolicismo Romano. La vida de los monjes fue cobrando importancia desde 529 cuando San Benedictus estableció el primer monasterio del Monte Casino para la propagación de la Fe hacia el norte. Varios grupos de monjes fueron muy útiles en ese aspecto. Es menester considerar que el clero sabiendo leer y escribir entró en funciones de confianza administrativa con los nuevos Reyes Cristianos, provocando un equilibrio entre los poderes de la iglesia y del Estado, con cierta preeminencia de la Iglesia. En segundo lugar, la conquista definitiva de la supremacía del obispo de Roma sobre los obispos en el Oriente provocó en 1054 el gran cisma con el conflicto entre Roma y la Iglesia Bizantina que se fue anunciando desde mucho tiempo atrás.
Paralelamente a lo anterior el Papa logró organizar al rededor de él, un verdadero Estado en el centro de la península Italiana. Durante más de 1000 años el Papa ha tenido una innegable jurisdicción mundana al lado de la espiritual. La donación del territorio Imperial que hizo Constantino al Papa había sido una mera leyenda pero se hizo real cuando Pepino el Corto entregó al Papa territorios conquistados a los longobardos, ente rico estado al rededor del Vaticano distrajo durante varios siglos la atención de los Papas de los asuntos espirituales, dando lugar a aquellos enérgicos Papas que con sus ejércitos defendieron su estado en contra de sus vecinos. La iglesia insistía en su superioridad espiritual y mundana sobre el poder Imperial Occidental ocasionando frecuentemente conflictos. En 800 cuando León III había renovado el Imperio Occidental, Carlo Magno había insistido con éxito en no subordinarse al Papa, continuaba con la versión del Cesaropapismo y recordaba al Papa en una famosa carta que el Emperador haría todo el trabajo práctico mientras que el Papa podía ayudarle mediante sus oraciones.
Cuando el Papa se encontraba oprimido en su propio Estado por el poder de la aristocracia Romana, el Emperador Otto I, a finales del primer milenio lo liberó, pero como contraprestación, desde entonces los Emperadores trataron de nombrar a los Papas contrariamente a la práctica anterior que había sido a la inversa. El nuevo sistema feudal producto de los desórdenes que los sucesores débiles de Carlomagno habían permitido, comenzaron a absorber a los altos prelados de la Iglesia que además de su prestigio espiritual recibieron dentro del Reich jugosos feudos y funciones políticas añadidas a los altos puestos eclesiásticos, pero con esto llegaron a depender, ya no del Papa sino de sus jefes feudales, con este se manifestó nuevamente el Cesaropapismo con el predominio de la corona sobre el altar y se inició la querella de la investidura que tuvo par ambas partes Papa y Emperador sus altas y sus bajas. En la cuarta cruzada, aunque solo se llegó a tomar Constantinopla el Papa estuvo dictando su voluntad a diversas cabezas coronadas basándose en la teoría de que todos los hombres son pecadores y solo la Iglesia puede perdonar pecados por lo que era natural que toda la humanidad obedeciera al sacerdote. Por otra parte los tribunales eclesiásticos comenzaron a extender su jurisdicción a toda clase de temas y personas conectadas de alguna forma con la Iglesia. Los Estados eximieron de impuestos a la Iglesia, al mismo tiempo que el Papa recuperaba el derecho de hacer sus nombramientos. Bonifacio VIII mediante su bula Unam Sanctam de 1302 insiste en la superioridad del poder eclesiástico sobre el estatal declarando que los emperadores y reyes solo dependieran del poder espiritual y únicamente quedarían en su trono Adnutum et patientia sacerdotis, a lo cual reaccionó Felipe el Hermoso, y recluye al Papa en su sede de Aviñón de 1305 a 1376.
Después del regreso del Papa a Roma se reunificó el Papado pero siguió la querella de las investiduras insistiendo el Rey de Francia en la eliminación de la influencia ultramontana en los nombramientos de altos prelados dentro del reino. Ya desde el siglo anterior los Reales Patronatos de la Iglesia en Castilla, Aragón y Portugal habían manifestado un control de parte del Estado a la Iglesia en la organización de la misma en los nuevos territorios. No podemos dejar de considerar en la historia de la iglesia el impacto que tuvo en el renacimiento, como el surgimiento de los Estados Nacionales organizadas al rededor de las monarquías que impusieron su control sobre la Iglesia, asimismo con el nacimiento de las ciencias exactas modernas que no favorecieron al prestigio de la iglesia que en un principio siguió negando la validez de los nuevos descubrimientos. La Reforma, provocó una remoralización de la Iglesia y de la disciplina eclesiástica con la ayuda de los Jesuitas, produjo la contrarreforma al rededor del Concilio Tridentino de 1545 a 1563 y asimismo los nuevos descubrimientos hicieron que la iglesia se lanzara a la cristianización del mundo.
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