La leyenda de Arturo y sus caballeros de la mesa redonda ha cautivado la imaginación de escritores de distintas épocas. Británicos, franceses y alemanes han brindado distintas versiones de la historia, pero todos han retratado al rey como una persona sabia, justa y valerosa. Dichos relatos ensalzan los ideales del honor, la caballería y el valor del que hacían gala este rey sus gallardos caballeros. Pero ¿el rey Arturo realmente existió?, veamos:
Hacia el año 410 de nuestra era, Britania, otrora provincia romana, pierde su vínculo con el Imperio, después de esto una oscuridad se cierne sobre la isla. Permanece durante un tiempo dominada por los tiranos y según la tradición el país sufre las incursiones de pictos y escotos, esto lleva al rey Vortigen al terrible error de invitar a los pueblos sajones, de quienes espera protección frente a los hostigadores del norte. Como era de esperar, los sajones se rebelan en un intento de hacerse del gobierno de Britania. En ese contexto surge una figura: el rey Arturo, símbolo y arquetipo de la resistencia britanorromana, hasta aquí la leyenda, lo cierto es que el periodo en el cual se sitúan estas acciones es difícil de esclarecer debido a a las pocas fuentes que contamos de dicho periodo de la historia.
Buena parte de lo que hoy asociamos a la figura de Arturo proviene de escritos posteriores a la época que relatan, por ejemplo los libros escritos por Godofredo de Monmouth (1155), Chretien de Troyes (finales del siglo XIV) y Thomas Malory (1471). Es cierto que las obras de estas personas son realmente entretenidas pero tienen el defecto de ser claramente anacrónicas y por consiguiente ficticias. Sin embargo, ellos no son los únicos inventores de la imagen popular de Arturo; tiempo atrás ya se usaba ese nombre como sinónimo de liderazgo, honor y virtuosismo.
Nuestra búsqueda del Arturo histórico comienza con una obra que data del siglo VI de nuestra era: "Sobre la ruina de Britania" del monje Gildas; en dicha obra no aparece mencionado el rey Arturo, sin embargo, sí aparecen elementos que tiempo después poblarán las leyendas artúricas, además es la fuente más antigua que relata los sucesos que acontecieron durante el periodo que nos concierne, es decir, la invasión de pueblos del norte (pictos y escotos) y la invitación realizada a los sajones para que actuaran como defensores de la isla, y su posterior rebeldía. En segundo lugar podemos leer cierto número de referencias a Arturo en la poesía galesa, de la que más celebre es Y Gododdin, un compendio de elogios de guerreros del reino de Gododdin, en el actual sureste de Escocia, caídos hacia finales del siglo VI, en la batalla de Catraeth. El fragmento en donde se menciona a Arturo es el siguiente: "...Haría descender a los negros cuervos frente a los muros de la ciudad fortificada, a pesar de no ser Arturo". El poema mencionado, a pesar de aparecer en un compendio del siglo XIII, es claramente más antiguo, el problema es datar la fecha en que se compuso el fragmento en donde se menciona a Arturo. La ayuda que tenemos es que las ortografía del mencionado fragmento es realmente arcaizante, lo cual nos remontaría hasta el siglo VII, sin embargo, no puede asegurarse por esto la historicidad del personaje, ya que dicha mención podría provenir de una figura fantástica y no de una histórica.
El mismo problema nos aqueja en el caso de otro poema igualmente galés: Marwnad Cynddylan. En este caso nos hallamos ante un elogio del cabecilla galés Cynddylan, en el que el poeta se lamenta de las pérdidas que ha sufrido y donde antaño tuvo hermanos y que "era mejor cuando eran los jóvenes cachorros del gran Arturo, la poderosa fortaleza"... El poema nos ha llegado en una copia del siglo XVII y puede que no deba retrotraerse más allá del siglo VIII. Por otro lado, la palabra que leemos en el poema es artir, no Artur, y que quizá la traducción correcta sea "cachorros de la mano fuerte" y no ...del gran Arturo.
Debemos esperar hasta el siglo IX para hallar las primeras alusiones claras a la figura de Arturo. El texto Historia de los britanos redactado al norte de Gales, alude a Arturo hasta en tres ocasiones. En la primera de ellas describe sus batallas en contra de los sajones. Las restantes alusiones aparecen en un tramo en el que se describen los portentos y milagros acontecidos en Britania, tales como un fresno que produce manzanas, o una tumba que cambia de tamaño.
El siguiente documento donde se menciona a Arturo son los Anales de Gales, textos redactados en latín hacia el siglo X. Arturo aparece en dos ocasiones: durante la batalla de Bandon Hill y durante la batalla de Camlann. Ya en el siglo XI y XII la figura de Arturo se transformó por completo, donde se muestra rodeado de sus compañeros, con sus personalidades ya definidas y dotadas cada uno de ellos de complejas historias paralelas.
La génesis del personaje es oscura. Puede que hubiera un Arturo histórico, acaso un lider guerrero britanorromano, aunque no se puede asegurar nada. En la documentación conservada no hay nada que nos permita probar su existencia, que además brilla por su ausencia en las fuentes más tempranas.
Artículo basado en: Desperta Ferro. Antigua y Medieval. #36. "El rey Arturo".
Otras fuentes:
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