Niccolo Paganini, uno de los violinistas de mayor virtuosismo que ha pisado la Tierra, nació en Génova hacia el año 1782. Su increíble talento además de ser admirado por toda Europa, propició una serie de rumores que lo ligaban con el diablo, quien a cambio de su alma, le habría concedido habilidades sobrehumanas.
Los rumores sobre su vínculo con el Malingno se remontan a 1787, año en el que supuestamente el Diablo se le apareció a la madre de Paganini, para informarle que su hijo se convertiría en el violinista más virtuoso a cambio de su alma. Fue en aquella época cuando su padre, Antonio Paganini, ordenó a su hijo practicar con su violín durante 10 horas al día. Sin embargo, otras versiones aseguran que fue el mismo Niccolo quien se postró ante la autoridad del demonio y ofreció su alma a cambio de que le hiciera tocar como un ángel.
A la edad de nueve años, el pequeño Niccolo Paganini hizo su primera aparición en público. Su fama empezó a despuntar, sin embargo, se cuenta que desde los dieciséis años, Paganini comenzó a digerir mal la fama y cayó en los vicios del alcohol y el juego, además de un marcado gusto por las mujeres, lo cual le provocó no pocos líos de faldas, a pesar de su marcada fealdad física. El aspecto del violinista, un hombre delgado con la frente alta, ojeras pronunciadas y nariz aguileña, además de siempre ir vestido de negro, le dio un aura misteriosa que contribuyó al mito que aún le acompaña.
La crítica especializada no se explicaba cómo Paganini lograba ejecutar con tal maestría sus piezas, incluso compañeros músicos, expresaban su admiración: "Su ejecución sin equivocaciones está más allá de lo imaginable...Porque él es tan orginal, tan único, que se requiriría un análisis exhaustivo para poder expresar una impresión sobre su estilo". F, Mendelssohn.
Una de las cosas que más sorprendía a público y crítica, era la velocidad a la que tocaba Paganini, alcanzando el extraordinario número de doce nota por segundo. Además de ejecutar otras más con un nivel de dificultad muy elevado. Hoy en día, se da una explicación a ésto, es muy probable que Niccolo padeciera el Síndrome de Marfan que afecta al tejido conectivo y también provoca un crecimiento inusual en los miembros, de Paganini se dice que sus manos medían más de 45 cm.
Finalmente cuando le llegó la hora de la muerte, se cree que no fue aceptado para recibir un entierro cristiano debido a su fama que lo relacionaba con el Diablo, aunque otras versiones optan por decir que la negativa fue impulsada porque el músico no recibió los santos oleos. Sea como fuere, la leyenda que sigue a este músico italiano, le ha acompañado a pesar de los años.
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