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domingo, 12 de noviembre de 2017

Castillo de Coca

Entre Segovia y Valladolid, entonces residencia preferida del Rey de España, la poderosa familia Fonseca, señores de Coca, hizo construir, entorno a 1400, un gran castillo cuyos muros de piedra, recorridos por torres y torreones cerraban las lujosas estancias reales. Valorado por los historiadores de la arquitectura como el Edificio Militar más artístico de España, el castillo cayó en ruinas y su interior era completamente expoliado. En 1828 fue privado también de lo que era su parte más característica y más bella: los azulejos y las baldosas de cerámica que cubrían completamente el suelo y las paredes de un patio rodeado por una galería doble sostenidas por columnas de mármol.  Fue administrador de los bienes del duque de Alba, entonces propietario del castillo, quién vendió estos materiales con la intención de obtener pingües beneficios. Pero la destrucción de aquella obra maestra fue de hecho un pésimo negocio para él, ya que el comprador que pagó por cada columna 40 pesetas de la época la revendió inmediatamente por más del triple. El castillo permaneció en ruinas hasta el siglo XX, cuando fue restaurado y se convirtió en sede de una escuela agraria. Su constructor el arzobispo Alonso de Fonseca, quien murió en Coca en 1473, fue sepultado en la iglesia local, en una esplendida capilla de familia.

Más palacio que castillo, el de Coca o la “Cauca” donde nació el emperador Teodosio, recuerda otro similar que es el castillo de la Mota. Ubicado entre Segovia y Valladolid, fue la residencia preferida de los reyes de España. Alrededor de 1400 la familia Fonseca, señores de Coca, hicieron construir este castillo de muros de piedra y revestido de ladrillos rojos (material muy usado por los alarifes musulmanes), torres y torreones y lujosas estancias reales. Con el paso del tiempo cayó en ruinas y fue saqueado.

Para 1828, el administrador de los bienes del duque de Alba, con la intención de obtener buenas ganancias vendió los azulejos y baldosas de cerámica del suelo y las paredes de un patio rodeado por una galería doble, estos eran su parte más bella y característica.

El castillo permaneció en ruinas hasta el siglo XX cuando fue restaurado y convertido en una escuela agraria. Es valorado por los historiadores de arquitectura como el “edificio militar más artístico de España”, conocido como tour de forcé, del estilo gótico-mozarabe, infunde la impresión de un castillo árabe de fábula. Cuenta con una estructura compleja, con tres muros dispuestos alrededor del patio un foso profundo. Curiosas son sus ventanas en forma de cruz inscritas en un circulo, las almenas se apoyan sobre una serie ininterrumpida de seateras escalonadas.

Fue declarado monumento nacional desde 1931, hoy en día es una escuela de silvicultura y un museo de obras románticas sobre madera.

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