Dios de la guerra, los latinos le identificaron con el nombre de "Marte". Es hijo de Zeus y Hera, y pertenece a la segunda generación de los dioses del Olimpo. A diferencia de sus hermanas Hebe e Ilitía, Ares figura entre los doce grandes dioses de la Antigua Grecia. Desde los tiempos de Homero, ya se le relacionaba con la guerra. Es, por antonomasia, el espíritu de la batalla que se goza en la sangre y la violencia.
En Troya combate, casi todo el tiempo, del lado de los troyanos aunque poco le importa la causa del lado que defiendo, por ello no tiene problemas con auxiliar a los aqueos. Se le representa con coraza y casco, portando su escudo y una lanza. Durante la batalla profiere gritos insoportables. Generalmente combate a pie, pero a veces se monta en un carro, también le acompañan Fobo y Deimo (El terror y el temor) que son hijos suyos.
Se dice que habita en Tracia, un territorio semi-salvaje, donde también se encuentran las Amazonas, hijas de Ares. Como es fácil suponer los mitos en los que participa tienen un corte bélico, pero no siempre sale vencedor. Por el contrario, parece que los griegos se esforzaron por demostrar cómo es burlada la fuerza bruta de Ares por la inteligencia de héroes como Heracles o la diosa Atenea. Pero esto merece una mención aparte, para hablar con detalle de ello.
Ares mantuvo numerosos amoríos, la más conocida de ellos fue el que mantuvo con la diosa Afrodita, pero también tuvo descendencia con numerosas mortales. Sus hijos fueron, por lo general, hombres violentos, inhospitalarios, que agredían a la gente o les daban muerte por cualquier motivo.
Los animales consagrados a Ares con el buitre y el perro.
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