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sábado, 9 de septiembre de 2017

Establecimiento del Poder Militar (Tercera Parte)

La Caída Inevitable de los Próspero
El acontecimiento que marcó la caída de la familia Taira consta en la gran epopeya titulada Heike-monogatari (Historia de la familia Taira), también fue contada por los mojes trovadores, quienes la recitaban acompañados de un instrumento de cuerda semejante a la guitarra (biwa) y gracias a lo cual se difundió hasta en los rincones más lejanos del país.

La epopeya comienza con las famosas palabras "La campana del templo Gui-on dice que todas las cosas son efímeras", y se compone principalmente de temas militares, aunque no faltan los amorosos, anécdotas instructivas y citas históricas. Se considera que es una mezcla de lenguas vulgares, pero en ella se refleja el profundo pesimismo del pensamiento budista: las cosas cambian sin cesar, los seres vivientes deben perecer y volver a la tierra, los objetivos que se hayan formado deben desvanecerse sin excepción. Nada es fijo ni permanente. La idea budista de que 1,500 años después de la muerte de Shaka sobrevendría una era de tinieblas que duraría 5,670 millones de años, provocó una gran desesperación entre los hombres del siglo XI y XII. La caida de la familia Taira pareció ser la prueba de esta etapa oscura, pero en realidad significó la muerte de la antigua era y el nacimiento de la nueva historia japonesa.

Los Señores de la Guerra
La derrota de la familia Taira a manos de los Minamoto fue decisiva en la historia del pueblo japonés; pero más importante aún fue que la supremacía de la fuerza militar se generalizó en el país.

Los campos privados aumentaban constantemente. Los descendientes de gobernadores o de los oficiales de alta jerarquía que permanecían en las provincias se convirtieron en los caciques locales. Aprovechando su prestigio, forzaban a sus sirvientes y a campesinos prófugos a trabajar en sus grandes propiedades. Para mantener y aumentar su influencia, desarrollaron la fuerza militar y construyeron casas como fortalezas rodeadas de canales.

Para defender de las demandas del gobernador y conservar sus prerrogativas, regalaban campos a los nobles influyentes del centro o a los templos granes; sin embargo, llegaron a confiar más en el jefe de los guerreros que en los nobles de los templos. 

Minamito-no-Yoritimo, Jefe de los Guerreros
Después del asesinato de Yoshimoto durante el Golpe de Estado de 1159, su primogénito Yorimoto fue deportado por el régimen a la privincia de Izu, dónde se levantó para derrocar a la familia Taira. Contaba con la fuerza militar de muchos señores provinciales. Se dice, incluso, que un guerrero que murió en combate dijo "Estoy feliz porque pude servir al precioso sucesor de Minamoto". De hecho desde que Yoriyoshi atacó Abe del norte en 1051, especialmente en la zona de Kantô, muchos guerreros adoptaron como su jefe al heredero de Minamoto, entre ellos Yoshiie, quien llegó a alcanzar gran popularidad, tanta, que el emperador tuvo que prohibir a la gente que le regalaran sus terrenos. Por su parte Yoshimoto, bisnieto de Yoshiie y padre de Yorimoto, procuró ayudar a los terratenientes locales y obtener así su confianza.

Mientras vivió en Kamakura, lugar heredado por Minamoto, Yorimoto dirigió a los guerreros (los terratenientes locales) para derrocar a la familia Taira, animado por el levantamiento del príncipe Mochihito. Yorimoto lo reconoció como el emperador verdadero y negó al emperador niño Antoku hijo del ex emperador y de la hija de Taira-no-Kiyomori.

Yorimoto también representaba los intereses de los terratenientes locales: les prometió despedir a los malos gobernadores enviados del centro, proteger el derecho de la posesión de los terrenos y, además, otorgarles las tierras del enemigo. Así consiguió el vasallaje de muchos guerreros.

Combates de Aquellos Tiempos
Antiguamente, la casa de los guerreros se llamaba "Casa del arco y del caballo" ya que estos eran sus símbolos. Utilizaban arcos grandes, para los que eran necesarios tres o cinco hombres a fin de tensar las cuerdas y las flechas que medían más de un metro. Se protegían con armadura y siempre combatían a caballo, por lo que la espada era curva. El combate comenzaba con una presentación como esta "Yo soy tal, descendiente de tal, quién ganó el honor de vencer a tal". Los guerreros competían por ir a la vanguardia, pues esto les permitía ganar honor y, al mismo tiempo, obtener una buena remuneración. De hecho, se tenía en muy alta estima ir al frente de la tropa. Una anécdota cuenta que un guerrero que perdió su caballo pidió a su amigo que lo levara en el suyo para atravesar el río; al llegar a la otra orilla saló a la tierra y gritó "¡Okushi Zirô Shiguechika, morador del Estado de Musashi, primero en llegar al territorio enemigo!".

Existían muchas diferencias entre los señores, pues algunos tenían a su mando a más de quinientos guerreros a caballo, mientras otros caballero solo contaban con unos criados a pie, según sus bienes, es decir, la cantidad de la tierra que poseían.

Yorimoto Inicia un Nuevo Gobierno
Aun cuando su levantamiento comenzó con el ataque al apoderado del gobernador, incluso después de haber reunido a muchos guerreros en Kamakura y de haber ganado a tropa de Taira, Yorimoto no intentaba iniciar un nuevo régimen. De hecho, le envió al regente, al ex emperador Goshirakawa, una carta que decía: "No intento rebeldía alguna, solo derrocar a vuestro enemigo. Si Vuestra Majestad no quiere derrocar a la familia Taira, permitid que tanto la familia Minamoto como la Taira os sirva. Designad a los gobernantes como antes y mandadnos derrocar a vuestros enemigos."

Esta solicitud fue rechazada por el jefe de los Taira, por lo que Yorimoto no vaciló en aniquilar a la familia. Sin embargo, temió se considerado como un rebelde en contra del emperador, a tal punto que ordenó matar a varios caballeros amigos que se habían mostrado demasiado orgullosos.

Después de haber acabado con la familia Taira, entre Yorimoto y Yoshitsune  (un hermano de madre diferente y comandante de las tropas de Minamoto) creció la antipatía, pues mientras aquel prohibió a sus guerreros recibir títulos por parte del emperador sin su permiso, éste los recibió gustosamente y llegó a ser el jefe de la policía de la capital. Un día el conflicto estalló: Yoshitsune recibió la orden de atacar a Yoritomo. Yoritomo, indignado, reprochó severamente al ex emperador Goshirakawa y lo amenazó con su numerosa tropa, con lo que obtuvo la orden de apresar a Yoshitsune. Entonces Yoritomo, con la idea de buscar a los culpables y pacificar todo el país, logró el consentimiento del emperador sobre los siguientes puntos:

1.- Poner en cada estado, distrito, municipio y campo privado un comendador, cuya tarea sería mantener la seguridad del pueblo y reconocer a Yoritomo como su jefe general.
2.- Cobrar periódicamente el tributo especial para los asunto militares en todos los campos, tanto público como privados.
3.- Tener el poder de mandar a todos los oficiales que permanecían en provincia.

Con esto, Yoritomo prácticamente inició su nuevo gobierno, porque muchos terratenientes volvieron a los comendadores en su honor. Aquello funcionarios con cargos de militares-policías iban a encargarse no solo de asuntos penales, sino también de los administrativos, incluso en los que tocaba a los campos privados. Así, Yoritomo comenzó  regir el país desde abajo. Al principio la influencia del nuevo régimen fue diferente según la zona: Kantô y los estados dominados con anterioridad por la familia Taira fueron sometidas rigurosamente por el gobierno de Yoritomo, mientras que en la capital, sus áreas circunvecinas y las zonas del oeste, en general, difícilmente pudo imponer su autoridad.

Yoshitsune huyó de un lugar a otro. A veces se ocultaba en templos grandes o era protegido en las casas de los nobles de la capital, pero como cada vez era más difícil permanecer en los alrededores, se fue a la zona norte, dónde tuvo la protección de la familia Fujiwara, del estado de Mutsu.

La Familia Fujiwara de Mutsu
Después del conflicto de la familia Kiyohara, el triunfador Kiyohara-no-Kiyohira dominó la enorme zona septentrional del país como heredero de ambas familias, Abe y Kiyohara, fuertes señores de la zona. Sin embargo, cambió su apellido por el de Fujiwara, que era el de su verdadero padre, y mudó la capital a Hiraizumi.

Durante las res generaciones de Kiyohira, Motohira e Hidehira, Matsu prosperó sin conflictos internos ni intervenciones del exterior. Hiraizumi desarrollaba una intensa actividad cultural semejante a la del centro, la cual se sostenía gracias a la abundancia de oro y caballos. Aún se pueden admirar magníficos templos y estatuas budistas en ese lugar.

No obstante con la entrada de Yoshitsune, en 1187, la prosperidad de los Fujiwara de Matsu terminó: en esa época, Hidehira murió a causa de una enfermedad y preocupado por el futuro de su familia. A pesar de que en su testamento especificaba que todos sus hijos debían obedecer a Yoshitsune como súbditos, uno de ellos, Yasuhira lo atacó e hizo que se suicidara para obtener el perdón de Yoritomo, pero éste no lo perdonó y atacó con una gran tropa hasta acabar con toda la familia.

Leyenda del Héroe Trágico
Yoshitsune, hijo de la familia Minamoto y destacado guerrero, terminó trágicamente su corta vida, pero su leyenda continua: algunos dijeron que Yoshitsune no murió en Hiraizumi, sino que escapó hacia el norte hasta Mongolia para unirse a Chinguis Khan; otros que huyó hasta llegar a México. Desde luego, en todo el mundo abundan leyendas acerca de los héroes, pero el pueblo japonés ha sentido predilección por este héroe trágico, por lo que aparece en canciones, dramas y novelas (a veces con su nombre de niño Ushiwakamaru).

La leyenda más popular es la del kabuki (drama tradicional representado solamente por actores masculinos ). En ella aparece Yoshitsune y su séquito disfrazado como un grupo de monjes de montaña que viajan para recolectar la contribución de un templo. Al pasar por una caseta de vigilancia instalada por mandato de Yoritomo, los guardias sospechan de Yoshitsune, quien iba disfrazado de joven discípulo. En ese momento, Benkei, jefe del grupo (en realidad vasallo), lo golpeo diciendo "Por este tonto sospechan de nosotros lo señores". Al ver esto el jefe de vigilancia les permitió pasar, aunque sabía que ese joven era el mismo Yoshitsune. Cuando los espectadores ven la obra, se emocionan por la tristeza que siente Benkei al tener que golpear a su señor para poder pasar el retén y aplauden la comprensión del jefe de los vigías.

Benkei había sido un mal monje-soldado que atacaba a nobles y guerreros para despojarlos de sus espadas. De hecho, intentaba conseguir mil espadas. Una noche se encontró con yoshitsune, quién apenas era un adolescente. Benkei pensó que iba a ser muy fácil asaltar a Yoshitsune, pero éste le venció. En seguida Benkei pidió avasallarse y su lealtad se fortaleció cuando supo que el joven pertenecía a la familia Minamoto. Aunque estas anécdotas no están basadas en hechos históricos reales, se han transmitido generación en generación.

Yoshitsune Senbon Zakura 1815.jpg

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