Cuando la antigua Britannia fue abandonada por los romanos ya incapacesde defenderla, en sus costas desembarcaron juntos, anglos y sajones que se dirigieron hacia Gales y los celtas del legendario Rey Arturo que formaron siete reinos. Uno de ellos, Northumbria, fue conquistado en el años 547 por el rey Ida llamado el Incendiario, que estableció su propia capital en Bamburgh, construyendo una pequeña fortaleza rodeada por una empalizada. Aquella tosca fortificación se convirtió en un autentico castillosólo medio milenio más tarde, cuando los normandos, conquistada a su vez la Inglaterra sajona, establecieron numerosos castillos situados en posiciones estratégicas para asegurar su dominio. Pocos años después,Bamburgh fue el escenario de la lucha entre Guillermo Rufus y Roberto deNormandía por la corona inglesa. Guillermo hizo construir delante delcastillo en que era asediado Roberto otra fortaleza a la que irónicamente llanpo Malvesín "el autivo vecino" y finalmente Bamburgh fue arrasado. Elcastillo y el territorio formaron parte de los dominios reales hasta la épocade Isabel I, que lo concedió en feudo a Claudius Forster para recompensarlo por los servicios prestados en aquella región de frontera, en la que abundaban los ladrones y otros malhechores de todo tipo que aprovechaban la cercanía de la frontera para desaparecer en Escocia después de hablerlas realizado.Claudius Forster agradeció la donación y vivió en Bamburgh hasta su fallecimiento ocurrido a la edad de 101 años. Uno de sus descendientes Tom Forste, tomó parte de la revuelta jacobita en 1715; peor cuando se lanzó al campo de batalla para enfrentarse al enemigo a la cabeza de sus hombres, se dio cuenta de la inferioridad desus tropas y se rindió sin esperar ser derrotado. En el castillo se había quedado su hermana Doroty, que una vez conocido el encarcelamiento desu hermano comenzó a visitarlo todos los días acompañada por una criada. Los carceleros se habituaron tanto a la visita diaria de las dos mujeres que no se dieron cuenta de la evasión de Tom disfrazado con las ropas de la criada. El fugado alcanzó sano y salvo Francia, pero la familia estaba ya arruinada y tuvo que vender el castillo, que fue adquirido por lord Crewe, obispo de Durham, que instaló una escuela para mujeres de servicio. Al acabar el siglo XIX el edificio fue vendido a lord Armstrong, que aplicó una radical restauración dándole su aspecto actual.
Situado sobre el afloramiento volcánico que domina el profundo mar del norte, desde el punto de vista escenográfico es quizá el castillo más bello de toda Inglaterra que casi acentúa la emoción gracias a su color. El viejo castillo medieval fue además construido en piedra roja, y al mismo tiempo ampliado hasta cubrir la extensión de cinco acres. En torno al potente cuerpo central cuadrado se levantaron murallas, se construyeron torreones, torres albarranas y bastiones. Pero de la célebre fortaleza de la guerra de las dos rosas poco nos ha llegado, ya que fue reconstruida por un benemérito noble en época victoriana dándole las características de una estancia nobiliaria. Los anteriores fueron realizados en estilo Tudor, próximos a Longride o Tilmouth Park. En el cuerpo central fueron respetados los característicos arcos normandos, así como las bóvedas de la sala Grande. Si bien hoy día es la residencia de los Armstrong, pueden ser visitadas algunas zonas.
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