Fue publicado en 1966 en el libro Todos los fuegos el fuego comparte con otras obras de Cortázar un viaje como el tema en torno al cual gira la historia. El cuento es una alegoría a las relaciones humanas, se narra a través de la situación que se vive en un embotellamiento que dura varios meses en el que se crea una pequeña comunidad en la cual sus integrantes tienen roles diferentes al que podrían tener en una comunidad urbana.Abunda en detalles acerca del comportamiento humano en situaciones fuera de su zona de confort.
Un domingo por la tarde en la carretera no se avanzaba por un evento que se pensaba era un accidente, con el paso de las horas las personas se fueron conociendo Un ingeniero en un Peugeot 404, dos monjas en un 2HP, una muchacha en un Dauphine, un pálido señor que conduce un Caravelle, un matrimonio con su hijita en un Peugeot 203, un matrimonio campesino en una Ariane, dos jovencitos molestos en un SIMCA, dos hombres con un niño rubio en un Taunus, etc. Siempre que bajaban a caminar un poco volvían con supuestas noticias acerca de los motivos del paro.
La primera noche hicieron el primer avance de unos pocos metros, las provisiones se acabaron a pesar de las raciones que habían determinado. Al día siguiente avanzaron muy poco y comenzaron a formarse grupos y estos grupos eligieron a sus líderes, algunas personas fallecieron lo cual causa una enorme consternación entre las personas de la nueva comunidad. Una vez termina el embotellamiento y comienzan a avanzar los automóviles los grupos se separan y se van perdiendo de vista hasta que llegan un punto en que el narrador se enfoca únicamente en la ciudad.
Al respecto de este cuento Cortázar afirmó en una entrevista: "La historia de ese cuento es que yo estaba en Italia y leí unos artículos, uno de cuyo fragmentos (sic) es el epígrafe del cuento, en dónde un ensayista italiano despachaba el problema de los atasco, embotellamientos automovilísticos, diciendo que en definitiva es una cosa que no tiene ninguna importancia. A mi me pareció superficial y frívolo decir eso, ya que los atascos y los embotellamientos automovilísticos son uno de los signos de esta triste sociedad en que vivimos y uno de los signos más negativos porque prueban una especie de contradicción con la vida humana, es decir, una especie de búsqueda de la desgracia, de la infelicidad, de la exasperación a través de la gran maravilla tecnológica que es el automóvil, que debería darnos la libertad y que vuelta a vuelta nos esta dando las peores consecuencias, entonces me molestó esa frivolidad y creo que inmediatamente después pensé en el cuento.
Yo no había estado jamás en un atasco, había tenido mis problemas al salir o entrar de París o de Barcelona, de dónde fuera, pero nunca un atasco. Es bastante curioso que unos meses después de haber escrito el cuento, me sucedió y estuve durante cinco horas, en una de las provincias francesas, metido en un atasco y descubriendo con sorpresa y al mismo tiempo con una sensación de fatalidad que el inicio de mi cuento se repite exactamente cuando estás en una verdadero atasco, es decir, te bajas del automóvil, cambias un cigarrillo con el de junto, maldices al gobierno, a la municipalidad, a los automóviles y a lo que venga y vas creando un especie de lazo y luego llega un momento en que si hace mucho calor, como fue mi caso, se plantean problemas físicos y viene una señora y te pregunta si no tienes un poco de agua o de algo porque hay un niño que esta llorando, ¿comprendes?.
Entonces son los primeros minutos de lo que en mi cuento por la vía fantástica se prolonga a lo largo de meses y de meses. Entonces fue una experiencia bastante impresionante para mi verme metido en mi propio cuento. Ahora el lado menos agradable es que tengo muchos amigos que cada vez que estan en un atasco se acuerdan de mi cuento y me maldicen minuciosamente y además me lo dicen después..."
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