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domingo, 18 de junio de 2017

LA INDEPENDENCIA DE ESCOCIA: BATALLA DE BANNOCKBURN (24/06/1314)


Bannockburn es una de las batallas más significativas de la historia de Escocia. La derrota de los ingleses ante el ejercito de Robert Bruce desembocó en el reconocimiento de la independencia de Escocia. 

La derrota del patriota escocés William Wallace en Falkirk en 1298, y su captura y ejecución en 1305 no significaron el final de la campaña de los escoceses por sacudirse el yugo inglés. En 1306, Robert Bruce tomó el ejemplo de Wallace y fue coronado rey en la Piedra del Destino, en la abadía de Scone, sede tradicional de las coronaciones de los reyes escoceses. Como respuesta, Eduardo I de Inglaterra lanzó una nueva invasión de Escocia en 1307, pero murió mientras se dirigía hacia el norte. Bruce reunió lentamente a sus fuerzas antes de conquistar diversos castillos. En 1314 atacó el castillo de Stirling, una de las fortalezas clave en poder de los ingleses. El nuevo rey de Inglaterra, Eduardo II, se dirigió al norte con un ejército para liberar el castillo y aplastar la rebelión de Bruce. 

Bruce concentró su ejército de 9000 efectivos, en un lugar cuidadosamente escogido, una ladera situada sobre una corriente llamada Bannockburn, unos kilómetros al sur del castillo de Stirling. El campo de batalla, de 1.6 km de ancho, estaba limitado por terrenos pantanosos a la izquierda y bosques a la derecha. 

Bruce ordenó a sus hombres cavar pequeños hoyos frente a sus líneas y cubrirlos con hierba para engañar a los caballos ingleses. El 23 de junio se produjeron las primeras escaramuzas entre caballeros y la batalla se inició al día siguiente.

Los escoceses colocaron su infantería en schiltrons, con sus picas emergiendo en todas direcciones. Los caballeros montados encabezaban el avance inglés, y los arqueros fueron colocados torpemente en un segundo plano, impidiendo así que lanzaran sus flechas contra los escoceses, tal como había sucedido en Falkirk. Una serie de cargas de la caballería inglesa fracasaron en su intento de romper los schiltrons, y los pocos caballeros que consiguieron penetrar fueron abatidos. El ejército inglés cayó presa de la confusión, en un estrecho campo de batalla en el que se mezclaban los caballeros en su huida y las tropas que avanzaban. Para empeorar las cosas, los arqueros ingleses acabaron alcanzando a los caballeros por la espalda. Fue entonces cuando un numeroso contingente de escoceses surgió de entre los árboles en el flanco izquierdo inglés, simulando un ataque. El flanco empezó a desmoronarse. Eduardo II decidió entonces abandonar el campo de batalla, y muchos caballeros lo siguieron. Los escoceses los persiguieron y mataron a millares de ingleses en su intento de huida a través del Bannockburn. 

Pese a su decisiva victoria, los escoceses no obtuvieron su independencia y la guerra continuó. En 1320 los señores escoceses y los obispos firmaron una declaración apelando al Papa Juan XXII para que se reconociera la independencia escocesa, pero la situación no se desbloqueó hasta el derrocamiento de Eduardo II a manos de su hijo, Eduardo III, en 1327. Robert Bruce lanzó un ataque sobre Inglaterra para forzar el desenlace. Por los tratados de Edimburgo y Northampton, firmados en 1328, Inglaterra reconoció la independencia de Escocia. 




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