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domingo, 25 de junio de 2017

LA CAÍDA DE JERUSALÉN (1099)



Después de conquistar Antioquía, los cruzados descansaron durante seis meses antes de partir a Jerusalén. Iftikhar ad Daula, gobernador fatimí de Jerusalén, acumuló comida y ganado, envenenó los pozos de la ciudad, cortó los árboles para negar la sombra a los enemigos, expulsó a todos los cristianos y solicitó a sus señores fatimíes de Egipto que enviaran un ejercito de relevo lo antes posible. Su guarnición de apenas unos 1000 soldados, integrada principalmente por árabes y nubios, era insuficiente para proteger las murallas de la urbe. 

Los cruzados llegaron el siete de junioy bombardearon las murallas mediante catapultas, fundíbulos y otras máquinas de asedio. El 17 de junio llegó a Jaffa una flota con el material necesario para construir torres de asedio, que fue descargado y conducido hacia Jerusalén con una escolta que tuvo que rechazar los continuos ataques musulmanes. La construcción de las torres de asedio comenzó el 21 de junio. 

El 6 de julio un sacerdote llamado Pedro Desiderio anunció que había tenido una visión del espíritu del recién fallecido legado papal, Ademar de Le Puy, que le dijo que los cruzados debían imitar a Josué en la batalla de Jericó. Debian andar descalzos alrededor de las murallas de Jerusalén en una procesión de penitencia, y la ciudad caería en nueve días. La procesión se llevó acabo y elevó la moral de los sedientos cruzados, mientras Iftikhar y sus hombres se burlaban desde las murallas. La noche del 13 de julio las torres de asedio fueron transportadas, y al almacenar, se inició el relleno del foso de la ciudad para que las torres se puedan empujar contra las murallas. Los hombres treparon en masa por las torres y las escaleras mientras las máquinas de asedio arrojaban rocas enormes contra la ciudad. Los defensores trataron de incendiar las torres con aceite en llamas, balas de heno y fuego griego, y devolvieron los disparos con sus propias catapultas y sus arqueros. 

Al amanecer del 15 de julio, sólo quedaban dos torres y varias máquinas habían sido destruidas por los disparos de los musulmanes. Entonces, poco antes de mediodía, un montón de paja comenzó a arder y a expulsar un asfixiante humo negro contra las murallas delante de una de las torres de asedio. El puente fue colocado a toda prisa, y dos caballeros flamencos, Litoldo y Gilberto de Tournai, dirigiendo la carga hacia las murallas. A medio día los cruzados entraron en la ciudad a la fuerza. Iftikhar se parapetó con la escolta y su tesoro en la torre de David. Los cruzados mataban indiscriminadamente a todo aquel que encontraban. Al atardecer, los nobles asistieron a una misa de acción de gracias en la Iglesia del Santo Sepulcro. 

La matanza acabó en torno al amanecer, y los supervivientes fueron esclavizados o liberados a cambio del pago de un rescate. A Iftikhar le dejaron partir con su escolta unos días más tarde después de entregar el tesoro de la ciudad. Godofredo fue declarado rey de Jerusalén y de las tierras conquistadas por los cruzados. 

Texto de R.G. Grant

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