En vida, pudo haber sido un príncipe de Oesternesse. De los nueve anillos que Sauron forjó para engañar a los hombres, entregó tres a otros tantos señores de los númenóreanos, los más poderosos de entre los hombres.
Después del hundimiento de Númenor, pasó a ser el más temido sirviente de Sauron y en la Tercera Edad del Sol se instaló en el extremo septentrional de las Montañas Nubladas, en el Reino de Angmar. Desde allí, se enfrentó a Arnor, el reino de los exiliados descendientes de los Númenóreanos hasta que en 1975 T.E. Arvedui, último rey de Arthedain, se vio obligado a huir ante la invasión de Angmar y murió congelado en las aguas del norte.
El hijo del rey Eärnil II de Gondor, Eärnur, acudió con una inmensa flota desde el sur y desembarco en Mithlond donde se le unieron los Noldor y se reunieron en Annúminas con un ejército venido de Rivendel al mando de Glorfindel. Allí el Rey Brujo huyó de ellos y se replegó en Fornost, en cuyas planicies se llevó a cabo la Batalla de Fornost. En aquella ocasión fue enfrentado por Glorfindel, que no pudo acabar con él, pero profetizó que "nunca caerá por mano de ningún hombre " y aquella derrota obligó al Rey Brujo a huir al sur. Tomó Minas Ithil y pasó a llamarse Minas Morgul. Años después, Eärnur accedió al trono de Gondor y fue retado por el Señor de los Nazgûl a un combate singular. A pesar de los consejos de MardEärnur se precipitó al combate y así desapareció el último rey de Gondor.
En la Guerra del Anillo, al final de la Tercera Edad, atravesó el hombro izquierdo de Frodo Bolsón con un Puñal de Morgul en la Cima de los vientos, dejándole una herida que nunca sanaría del todo. Finalmente El Señor de los Nazgûl sucumbió durante la Batalla de los Campos del Pelennor, pero tal como decía la profecía, no fue hombre alguno quien le derrotó. Éowyn, sobrina del rey de Rohan acabó con él y recibiendo ayuda de Meriadoc Brandigamo, un mediano de La Comarca que le atravesó la rodilla con su espada, único acero capaz de dañar a un nazgûl, dándole la oportunidad a Éowyn de destruirlo.
Muy buena está parte de la historia!
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