Según Seymour Menton, el realismo mágico consiste en la presentación objetiva, estática y precisa d la realidad cotidiana con algún elemento inesperado o improbable cuyo conjunto deja al lector desconcertado, aturdido, maravillado. Con esta definición queda clara la distinción entre el realismo mágico y tanto lo fantástico como el surrealismo que versan sobre elementos no improbables sino imposibles. Además hay que distinguir muy claramente entre lo real maravilloso, término atemporal inventado en 1949 por Alejo Carpentier, y el realismo mágico, término inventado en 1925 por el crítico de arte alemán Franz Roh y divulgado por el italiano Massimo Bontempelli en su revista Novecento.
Cuando Franz Roh escribió su libro en 1925, el codificaba lo que transcurría en el mundo artístico de Europa y de los Estados Unidos a partir de 1918, o sea la reacción en contra del expresionismo. Si el ascenso al poder de Hitler en 1933 acabó con el realismo mágico en Alemania, la crisis económica de 1929-1939 y la segunda guerra mundial limitaron por todo el mundo las posibilidades del realismo mágico, lo mismo del surrealismo y de casi toda la vanguardia a favor de un arte más realista de protesta social. Hacia fines de la guerra, el realismo mágico resucita con la exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, titulada Realistas y magicorrealistas estadounidenses. Su esplendor lo alcanzaría en la década de los sesenta con la obra del colombiano Gabriel García Márquez: Cien años de soledad.
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