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Representación de Cernunos, dios de los animales. |
El jueves 28 de mayo de 1891, un joven danés de 22 años, llamado Jens Sorensen, estaba sacando turba del pantano de Raevemosen, cerca de la pequeña localidad de Gundestrup, al norte de Dinamarca. La turba seca se utilizaba en aquellos tiempos como combustible en los hogares, pero la pala con la que Sorensen la sacaba chocó aquel día con algo duro y metálico: una pieza redonda de plata de 69 cm de diámetro. Las siguientes paletadas sacaron 13 grandes láminas, también de plata: una circular de 25 cm de diámetro, siete cuadradas de 21 por 25 centímetros y cuatro rectangulares de 21 por 44 cm. Todas las piezas eran de plata y pesaban en total nueve kilos. Pero lo más importante eran las sensacionales grabados de las láminas, con figuras de toros y otros animales fantásticos, misteriosos bustos humanos y extrañas escenas de mitos o historias sagradas. Sin duda, se trató de uno de los hallazgos importantes de la Edad de Hierro.
Los 14 objetos llegaron a Copenhague el 2 de junio de 1891, donde se hizo cargo de ellos Sophus Müller, se puso a trabajar rápidamente en el estudio y reconstrucción de las piezas. Así, llegó a la conclusión de que las láminas habían estado soldadas a la base circular para formar un único y gran vaso.
Lo que se había descubierto era un ejemplo de los calderos de metal típicos de sociedades celtas del continente y de las islas Británicas, entre el Bronce Final e inicios de la Edad Media. Utilizados para cocinar, almacenar o servir alimentos, o bien con fines ceremoniales y rituales, estos calderos eran símbolo de la abundancia inagotable. Como signo de estatus, su posesión y uso probablemente estaban restringidos a los miembros más privilegiados de la sociedad, y tal vez sólo se usaban en ocasiones festivas.
Conoce los detalles del caldero:
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LA DIOSA DE LOS ELEFANTES. Una diosa aparece representada sobre un carro del que se aprecian claramente las ruedas. Está flanqueada por dos elefantes que se enfrentan entre sí. Debajo de ellos están dispuestos dos gris de la misma forma y finalmente hay un perro debajo del carro, entre los grifos. Se ha sugerido que la exótica presencia de los elefantes se explica por las influencias de alguna moneda romana que representa a dos elefantes tirando de un carro. La figura central ha sido identificada con la diosa celta Medb, divinidad de la guerra y el poder. Los diversos animales que la rodean y el carro sobre el que se asientan representarían, en este caso, tanto su naturaleza como su dominio del territorio.
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¿EL JÚPITER CELTA?. En el centro, un busto de dios barbudo sostiene en su mano derecha media rueda, que sujeta a su vez otro personaje que está saltando sobre una serpiente con cuernos. A cada lado de este grupo hay un lobo o un león, mientras que debajo de ellos se representan tres grifos en paralelo. Algunos estudiosos han identificado a la deidad con Taranis, el Júpiter celta. que suele ser representado junto a ruedas. Otros, en cambio, ven al joven dios Cú Chulainn, protagonista del cuento irlandés Ráin Bó Cuailnge, en el que utiliza una rueda rota contra el dios barbudo Fergus. La serpiente con cuernos podría ser la diosa Morrigan que, en otra anécdota de la historia, se disfraza de anguila y finalmente es pisada y aplastada a los pies de Cú Chulainn. |
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Por su posición la placa redonda que estaba colocada en la base del caldero quizá sea la escena más importante de todas las que ilustran la pieza. En ella un toro herido ocupa la mayor parte de la superficie. Sobre el bóvido aparece su adversario, una mujer armada con una espada en alto, lista para atacar. Tres perros parecen ayudar a la mujer, aunque uno de ellos ha muerto durante la lucha; yace acurrucado y está marcado sólo muy débilmente. Algunos estudiosos creen que el toro podría simbolizar el caos del universo, mientras que la diosa que ejerce de "matadora" buscaría asegurar con la muerte del animal que el orden del mundo permaneciera intacto.
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MATANZA RITUAL. Se representan tres toros en una línea horizontal, mirando en la misma dirección. Delante de cada toro hay un hombre a punto de atacarlo con una espada; debajo, tres perros corren hacia la izquierda mientras que una criatura similar a un gato ejecuta la misma carrera sobre el lomo del toro. La composición triple se ha relacionado con la costumbre celta de representar en grupos de tres las acciones de los héroes y la matanza de monstruos, aunque cabe destacar que las figuras no son completamente idénticas, pues el hombre del centro lleva chaqueta y los otros dos no. |
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GUERREROS DESFILANDO HACIA EL MÁS ALLÁ. El dios representado aparece con una coleta o un gorro con una borla. Tiene en sus manos a un hombre boca abajo al que parece estar sumergiendo en un objeto en forma de cubo bajo el cual se ve un perro saltando en el aire. Luego aparecen dos filas de guerreros, divididos por un árbol dispuesto horizontalmente, Los guerreros de la fila superior son jinetes con cascos típicamente celta diversamente adornados, mientras los de la inferior son infantes con lanzas y escudos oblongos típicos de Europa central y Occidental. Se cree que la imagen representa una inmersión ritual en un "caldero de la resurrección": los guerreros muertos marchan con la lanza al hombro hacia el caldero y se alejan luego a caballo una vez resucitados para vivir en un mundo celestial. El perro y la serpiente con cuernos serían símbolos del otro mundo, mientras que el árbol horizontal separaría el inframundo del paraíso. Otros autores, sin embargo, consideran la escena representa una muerte por ahogamiento que se encuentra a menudo en los cuentos irlandeses.
Texto e información, cortesía de: National Geographic
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