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martes, 6 de junio de 2017

El Hinduismo en tiempo de Buda

Cuando a mediados del siglo VI a. C., apareció Buda al norte de la India, está se hallaba dividida políticamente por una multitud de pequeños reinos, pero el espíritu del hinduismo se había universalizado en toda la península, sobre todo en la región del norte y del noreste. La sagrada literatura de los Vedas había quedado perfectamente cristalizada. Su elaboración, que se inició aproximadamente en el año 2 000 a. C., había durado un milenio. La grandiosa concepción filosófico-religioso-moral de los Vedas, construida en el marco de cierto politeísmo, en el cuál, sin embargo, aparece algún Dios Supremo, como Señor del Universo, había penetrado en la mentalidad de los sabios y del pueblo. El más antiguo de los Vedas nos ha legado este "Himno de la Creación", que sintetiza el espíritu filosófico-religioso del Hinduismo:

Ni el no-Ser existía entonces, ni el Ser
No existía ni el espacio, ni el firmamento,
¿Qué es lo que entonces se movía con fuerza? ¿Dónde?
¿Bajo el cuidado de quién?

El uno respiraba por su propio impulso, y sin que hubiese soplo alguno
Y fuera de Él, no existía nada
En el principio las tinieblas estaban ocultadas por las tinieblas
Este Universo no era más que onda indistinta
Entonces por el poder del Ardor (Deseo), el Uno tomó nacimiento (principio), vació y recubierto de vacuidad.
El deseo fue el desarrollo original (deseo),
Que ha sido semilla de la primera conciencia.

¿Quién sabe la verdad, quién podría proclamar aquí
de dónde ha nacido, de dónde viene esta creación secundaria?

Aquel que vigila este (mundo) desde lo más alto del firmamento,
él sólo lo sabe, -¿a menos que él no lo pueda decir?

Esta concepción en que vagamente aparecían los dioses u el cosmos saliendo de un Principio Supremo, con un tímido carácter personal ("el que vigila este mundo"), era la base de la profunda religiosidad hindú al iniciarse el último milenio antes de Cristo.

Pero ya desde el siglo VII se había ido formando una interpretación especial del hinduismo, que cristalizó, también en las obras sagradas para los hindúes, llamada Upanishadas. Éstas cargaron el acento en el monismo y entronizaron un principio absoluto del universo, una fuerza misteriosa e indefinida, que todo lo anima y sostiene, llamada Brahman. Esta concepción dio origen al periodo llamado "Brahmánico" que sustituyó al que propiamente inspiraron los Rig-Vedas o periodo "védico", y que, de hecho, ya estaban vigentes en tiempos de Buda.

En lo social el brahmanismo determinó la cristalización del sistema de castas en la India. Flexible, éste en el periodo védico, no solo se consolido en el de los brahmanes, sino que adquirió un carácter religioso. Los brahmanes, religiosos y teólogos, representaban la casta superior. Después de ella venían los militares o kshatriyas, los cuales procedían del pecho y los brazos de Brahma. Los vaishyas eran los mercaderes y procedían de las piernas. La raza inferior, la de los shûdras, dedicados a las faenas del campo, procedían de los pies de Brahma. El sistema de estas castas afectaba a la vida integral del hombre y de la sociedad.

Desde el punto de vista ascético-moral, la teoría principal brahmánica enseñaba a alcanzar la liberación, por la identificación con Brahma. Para ello se profesaba un ascetismo riguroso. Estaba en auge el misticismo y el afán de compenetrarse con las fuerzas más secretas de la naturaleza, por medio de la mortificación rigurosa, del autodominio, de la sugestión e hipnotismo. En las ceremonias religiosas se había llegado a un complicado sistema de culto, en el cuál la minuciosidad de los ritos parecían absorber lo mejor de la vida espiritual. 

Finalmente, la especulación filosófico-teológica se hallaba en su máximo auge. El problema del Absoluto y de la liberación del mal, el problema del alma, de la inmortalidad, del mundo y Dios Infinito eran objeto de complicadas discusiones.

Es evidente que nos encontramos en un periodo de gran efervescencia religiosa e intelectual; puede decirse que la cultura hindú se hallaba en una de las épocas de mayor apogeo. Especialmente en el norte de la India y en la cuenca del Ganges el brahmanismo había logrado afianzarse plenamente.

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