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domingo, 18 de junio de 2017

EL GUARDAGUJAS DE JUAN JOSÉ ARREOLA


Juan José Arreola nació en ciudad Guzmán (Zapotlán), Jalisco hacia 1918. Fue autodidacta y no terminó la educación primaria. De niño y joven trabajó en infinidad de oficios. Fue aficionado al teatro, y estudió en París; también le agradaba la declamación, y jugar al ajedrez. Murió hacia el año 2001. Es innegable su capacidad narrativa y su gran imaginación. Juan José Arreola mereció el elogio de Jorge Luis Borges quien se refirió a él de la siguiente manera: [...] si me obligaran a cifrar a Juan José Arreola en una sola palabra que no fuera su propio nombre (y nada nos impone ese requisito), esa palabra, estoy seguro, sería libertad. Libertad de una ilimitada imaginación, regida por una lúcida inteligencia.

En El guardagujas se refleja la sombra de Kafka, es algo innegable, pero esto no quiere decir que el estilo de Arreola se nuble, que es menos mecánico que el de su maestro. Según Seymour Mentor, en este cuento el papel de la filosofía es importante, Arreola presenta en él su interpretación del mundo. Los sucesos mágicos que narra el viejo guardagujas constituyen la respuesta al materialismo y al existencialismo. Admite con tristeza que no vivimos en el mejor mundo posible y se ríe de aquellas personas que se dejan absorber tanto por ese mundo que nunca pueden librarse de su succión irresistible. Al mismo tiempo, su actitud es más mexicana en que no se desespera, sino que aboga por el viaje abordo del tren de la vida sin preocuparse de la ruta que lleva. El solo hecho de abordar el tren es una verdadera hazaña y debe apreciarse como tal. ¿Por qué desesperarse cuando el hombre es capaz de adaptarse a cualquier peripecia? Para cruzar el abismo, los pasajeros tienen que desarmar el tren de nuevo. Lo importante es que el tren siga. Los rumbos fijos son ridículos porque algunos pasajeros son capaces de llegar sin saberlo. Al fin del cuento, el tren llega a la estación y el viejo guardagujas desaparece poniendo en duda su propia existencia. 

Como el realismo mágico siempre tiene una base realista, Arreola funde su simbolismo exagerado en una sátira de los defectos del sistema ferroviario mexicano. Se burla de los trenes que no respetan los horarios; de los planos para túneles y puentes que ni han sido aprobados por los ingenieros; del mejor trato que reciben los pasajeros de primera clase; de la falta de cortesía de la gente al momento de abordar el tren; de la venalidad de los policías y de la costumbre consagrada de subir y bajar del tren sin esperar a que éste pare. 

Te invitamos a leer este excelente cuento. Link con el texto completo: http://ciudadseva.com/texto/el-guardagujas/

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