En 1947, dos años después de haber terminado la Segunda Guerra Mundial un arqueólogo descubrió casualmente en Japón ciertas herramientas características del Paleolítico, lo que provoco un auge en las excavaciones. A partir de entonces se han encontrado muchos testimonios de ese periodo: hachas de mano, hojas y puntas de piedra tallada, fósiles de huesos humanos y animales, etc. Debido a la creencia generalizada de que esta zona del mundo no había estado poblada durante el Paleolítico, transcurrió mucho tiempo sin que se realizaran excavaciones profundas. Sólo se llegaba hasta la tierra negra de aluvión y nunca hasta la roja que se acumuló en el país durante el diluvio (hace 600 000 a 10 000 años, aproximadamente).
En la actualidad no hay duda de la existencia humana durante esa época. En a era diluviana el nivel del mar era mucho menos que el actual, y Japón estaba unido al continente. Probablemente los hombres hayan venido del norte persiguiendo mastodontes y otros animales paleolíticos, y se asentaron en esta tierra.
2.- La Época de la Vasija de Barro con Huella de Cuerda
En 1877 el investigador estadounidense E. S. Morsedescubrió gran cantidad de conchas y vasijas prehistóricas de barro. Más tarde en su libro "Japón, día a día" escribió "Por la ventana del tren vi un montón de conchas en una grieta y al instante comprendí que eran prehistóricas. Esperaba tener la oportunidad de visitar este lugar en unos meses y temía que alguien lo hiciera antes que yo".
A partir de entonces se han encontrado numerosas vasijas similares, de forma artística interesantes. Se creía que habían sido elaboradas hace más o menos 5 000 años y eran una imitación de las del continente. Sin embargo, en 1955 un descubrimiento cambió el curso de las teorías. Un arqueólogo reveló que una prueba realizada con carbono 14 mostraba que la pieza encontrada había sido producida hace 100 000 años aproximadamente. Esto confirmó que las vasijas eran mucho más antiguas de lo que se creía, por lo que ahora se considera que son creación original de los primeros habitantes de Japón. En esa época los seres humanos vivía en cuevas y cazaban animales, peces, mariscos y pájaros o recolectaban frutos y raíces comestibles. Posteriormente construyeron chozas de madera, hierba y barro, excavando la superficie de la tierra. Sin embargo, todavía eran principalmente nómadas en busca de alimento. Los restos encontrados en aquellas chozas evidencian la miseria en que vivían.
3.- La Época de la Cerámica de Estilo Yayoi
En 1884, siete años después del descubrimiento de las vasijas con huella de cuerda realizada por E. S. Morse, se desenterró una vasija antigua de otro tipo. Provisionalmente se le denominó de estilo Yayoi, por el lugar de la excavación, y cuando se quiso darle un nombre más adecuado, la palabra ya se había generalizado, e incluso comenzó a llamarse a este periodo "la era Yayoi" Las cerámicas Yayoi son representativas de la cultura más desarrollada de la época, es decir, la que conocía ya la agricultura. Un arqueólogo autodidacta describió, a través de vestigios, el papel decisivo que desempeñó la agricultura primitiva en el desarrollo del país.
Numerosas pruebas arqueológicas, como la concentración de personas en tierras pantanosas, el hallazgo de vasijas con huellas de cascara de arroz, la disminución de los montes de conchas, etc., demuestran que la agricultura (principalmente el cultivo del arroz) vino de China, a través de Corea, en el siglo IV o III a. C. Se considera que la época Yaoi duró desde 300 a. C., seiscientos años en los que la agricultura debió desarrollarse mucho. Gracias a la humedad, se han encontrado en las excavaciones restos de utensilios de madera de casi dos mil años de antigüedad.
Para obtener buen arroz. lo mejor es trasplantarlo de la sementera al campo, técnica que posiblemente ya se conocía en aquella época, puesto que se han encontrado muchos restos de oashi (especie de sandalia enorme que, probablemente se utiliza para enterrar hierbas pisándola en la sementera para que hiciera las veces de fertilizante). Al principio cosechaban cortando las espigas con un cuchillo de piedra o de la campana de bronce (llamada así por su forma, aunque no se conoce su uso.
4.- Vísperas de la Época Histórica
El pueblo de China poseía una gran cultura. Cuando los japoneses aún no tenían un alfabeto, los libros chinos ya registraban en sus páginas parte de la historia del Japón correspondiente a la era Yayoi. En ellos se encuentras algunas referencias como la siguiente: "Mas allá del mar de Corea, viven los Japoneses, en una tierra dividida en casi cien países. Después de recorrer una gran distancia vinieron a saludarnos" Gracias al documento de los Chinos, conocemos el estado de las cosas en Japón cuando Jesucristo nació (los restos arqueológicos no llegan hasta ese punto) y que a mediados del siglo I, un rey japonés envió un embajador a saludar al emperador Chino, quién otorgó al señor japonés un sello de oro. Hace doscientos años, un campesino desenterró casualmente dicho sello de 2.3 cm2. Sin embargo, no fue fácil establecer su procedencia debido a que al diferencia de interpretación de dichos documentos suscitó enconados debates, especialmente de algunas palabras. Después de consultar otros documentos, finalmente se coincidió en que el país llamado Na era el que se encontraba más cerca del lugar del descubrimiento del sello.
Como el territorio estaba dividido en numerosos pequeños países, el área que ocupaba Na no rebasa los 30 kilómetros cuadrados. Gracias al estudio de los restos arqueológicos se sabe que los reyes de estos diminutos países tenían los símbolos del trono: la espada y el espejo de bronce y piedras preciosas, hecho que recuerda lo que la diosa solar dio a su nieto como símbolos de poder. En un principio, los antiguos japoneses importaban de Corea las armas de bronce, pero cuando aprendieron como fundirlas comenzaron a producirlas en el país. Entonces hicieron espadas de un cuerpo muy ancho, que más que armas servían como objetos rituales.
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