Aunque conocían Florida desde comienzos del siglo XVI, los colonizadores no se asentaron de forma estable hasta mucho tiempo después. En 1565 Pedro Méndez de Avilés desembarcó en la Bahía de Matanzas y ahí estableció el presidio de San Agustín, con el objetivo de defender el Canal de las Bahamas, el tramo de mar por el que la flota española sacaba cada año hacia España lingotes de plata producidos en minas mexicanas y peruanas, que con frecuencia eran objeto de ataques lanzado por los piratas que infestaban el mar del Caribe y por los corsarios de las potencias hostiles a España, es decir, Francia y sobre todo Inglaterra.
Al siglo siguiente, después de un ataque realizado por los bucaneros a San Agustín en 1668, se decidió sustituir el primitivo fortín de madera por una auténtica y real fortaleza de piedra, que fue llamada Castillo de San Marcos, cuya construcción comenzó en 1672. Treinta años después, una vez comenzada la guerra de sucesión española, San Marcos sufrió un asedio por parte de los ingleses de la Carolina, cuyos barcos fueron, sin embargo, detenidos en la bahía de San Agustín por una flota de ayuda llegada desde La Habana.
Además de fracasar en el asedio, los ingleses se vieron obligados a quemar sus barcos para evitar que cayeran en manos de los españoles. Después de ese ataque, la fortaleza fue ampliada y reforzada, y la ciudad misma fue rodeada por murallas. En 1738 los ingleses pusieron cerco a San Agustín y bombardearon el castillo, pero también en esta ocasión se vieron obligados a retirarse después de 38 días de asedio. Únicamente en 1763, con base en el Tratado de París que les otorgaba Florida pudieron tomar parte de la ciudad, que asumió un nuevo papel cuando, con motivo de la revolución americana, permaneció fiel al Rey Jorge III proporcionando a los ingleses una base contra los españoles aliados a los rebeldes. Con la independencia de Estados Unidos, en 1784, Florida volvió a ser propiedad española hasta 1821, año en que fue cedida a Estados Unidos, que modernizaron el castillo y pasó a llamarse Fort Marion.
Durante la guerra civil americana, el fuerte, que estaba en manos de los confederados, fue ocupado por los nordistas y posteriormente transformado en cárcel militar, siendo finalmente declarada monumento nacional en 1900.
En lo que se refiere a su arquitectura, San Marcos es un cuadrilátero con cuatro baluartes en los ángulos. La planta recuerda a la de lejanos edificios semejantes que se encuentra en Europa (como el fuerte de Aquila en Abruzzo). Este fuerte concebido con bastiones según los cánones de defensa, acabo siendo un ejemplo de la tendencia a lograr la máxima compactibilidad y a utilizar los baluartes sobre espolones.
Se anunciaba la construcción de esta fortaleza del siglo XIX en un intento de por lograr el control estratégico del territorio. Los muros fueron levantados utilizando una piedra local llamada coquina, los cuales son pequeños sedimentos de conchas fósiles, extraídos y transportados desde La Habana. El mortero era obtenido a base de cocer valvas de ostras mezcladas con arena.
Se necesitaron 23 años para completar la plaza fuerte que fue rodeada por un foso y protegida por cañones. Tenía un perimetro de cerca de un kilómetro; los muros tienen una altura de nueve metros y un espesor de tres. El foso tiene al menos doce metros de ancho. El interior esta dividido en unas veinte estancias. El conjunto forma parte de un parque nacional, en la actualidad.
Buscar este blog
lunes, 15 de mayo de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario