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domingo, 3 de septiembre de 2017

GEA: LA MADRE TIERRA


Gea es la Tierra, concebida como el elemento primordial del que surgieron las razas divinas. El papel que desempeña en la Teogonía es muy grande, pero nulo en los poemas homéricos. 

Según Hesiodo, Gea nació en segundo lugar, después de Caos, y antes de Eros. Sin intervención de agente masculino, engendró a Urano (el cielo), que la recubre, y las montañas, así como Ponto, personificación masculina del elemento marino. Después del nacimiento del Cielo, se unió a él; por eso sus hijos no fueron ya simples potencias elementales, sino dioses propiamente dichos. Primero hubo los seis Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Cronos y las seis Titánides: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, que son divinidades femeninas. Cronos es el más joven de todos. 

Vinieron luego los Cíclopes: Arges, Estéropes y Brontes, divinidades relacionadas con el rayo, los relámpagos y el trueno. Finalmente de los amores de Urano nacieron los Hecatónquiros, seres de cien brazos, gigantescos y violentos, llamados Coto, Briareo y Giges. 

Poco a poco la Tierra, potencia y reserva inagotable de fecundidad, pasó a ser la madre de los dioses y la Madre universal. A medida que el pensamiento helénico "personificaba" a sus dioses, la Tierra iba encarnándose en divinidades tales como Démeter o Cibeles, cuyos mitos, más humanos, hablaban más a la imaginación, mientras las especulaciones sobre la Tierra como elemento iban abandonando los dominios de la Mitología para entrar en los de la Filosofía. 

Gea era considerada como inspiradora de numerosos oráculos; poseía los secretos de los Destinos, y sus vaticinios eran más antiguos e incluso más seguros que los de Apolo. 


Fuente: Pierre Grimal. 



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