No lejos de Coblenza, sobre una colina que domina un profundo valle que da al Rhin, se levanta el enorme torreón del castillo de Eltz, enhiesto sobre sus cimientos. Su historia comienza en el siglo IX, con poco más que un sencillo muro de tierra batida y una empalizada, después vino la piedra a sustituir el adoble y la madera, hasta que en 1157, en tiempos del emperador Federico Barbarroja, la fortaleza de eltz era ya un importante baluarte que controlaba la vía comercial entre el río Eltz que discurre en torno a la colina rocosa sobre la que se levanta aquél y que a su vez dio nombre a sus señores, se convirtió más tarde en propiedad indivisa de las tres ramas de la familia Eltz: los Rodendorfer, los Rübenacher y los Kempenicher. Sus descendientes, que con el tiempo sumaban ya un centenar o más de personas, vivía en los diferentes edificios que lo conformaban, junto a la servidumbre, los guardias y los agricultores. Eltz se había transformado en aquello que los alemanes llamaban Randhausburg, un "castillo-poblado". Mientras tanto, entre 1470 y 1540, se fueron añadiendo a las construcciones originales entre alas y dependencias que hicieron que un castillo fuera adaptando la forma con la que lo vemos ahora. En los siglos XVI y XVII los miembros de la familia Eltz desempeñaron funciones de gran importancia en la región renana, en especial durante las guerras de la región renana, en especial durante las guerras de religión entre católicos y protestantes. Algunos de ellos fueron elegidos príncipes Obispos de Tréveris y Maguncia, y tuvieron un papel importante en el desarrollo de la Contrarreforma católica.
El castillo permaneció siempre como el centro de poder más importante y, aunque resultaba bastante raro en aquellas regiones de frontera, pasó indemne a través de los diferentes conflictos que la ensangrentaron y que significaron la desaparición de muchos otros castillos. Sólo durante la Revolución Francesa, cuando los ejércitos jacobinos ocuparon Renania, el castillo fue cosificado y cobijó a una guarnición dependiente del mando francés de Coblenza, pero en 1815 el conde Hugo Philipp zu Eltz pudo retomarlo, ya entonces como único propietario y, después su hijo, el conde Karl, lo hizo restaurar según el gusto romántico. Los trabajos duraron desde 1845 hasta 1888 y costaron una suma enorme de dinero, aunque afortunadamente no alteraron las formas originales, como a menudo sucedía con las fantasiosas reconstrucciones del siglo XIX.
En el siglo XIX era uno de los destinos preferidos por los viajeros ingleses, tanto que en el prontuario romántico de Edward Murria de 1836 era descrito como un ejemplo casi único de residencia feudal que había escapado a incendios, guerras y restauraciones. Se remonta al siglo X pero el Randhausburg ("castillo-poblado") actual es del siglo XII. El estilo utilizado pasó del romántico al gótico y al primer barroco. La imponente construcción se desarrolla en torno a un patio oval alargado y las alas se desarrollaron casi como formando un pequeño núcleo urbano: ésta era la residencia fortificada de las tres ramas de la casa Eltz a setenta metros (exactamente como la altura de las torres) sobre el río, por encima de uno de los espolones rocosos que tanto influyó en la disposición de pisos y espacios.
El castillo esta dividido en "casas" vinculadas a las diferentes ramas familiares, que a menudo llegaron a ser de hasta cien miembros directos o indirectos, que vivieron allí. Las diferentes estancias han sido cuidadosamente restauradas y comprenden galerías de arte y muebles antiguos; en la casa Rübenach se custodian armas y antiguas armaduras, incluso orientales, y una cama con un baldaquino de 1520, mientras en la próxima Untersaal hay tapices flamencos originales, paneles pintados y una Virgen de Lucas Cranach.
En la casa Rodendorf se halla la sala de los Electores Philipp Karl y Jacob, con tapices realizados por van der Brüggen de Bruselas. Las estancias más suntuosas son las salas de los caballeros, de las manufacturas Gobelins y de los Stendardi. Todo aquí se conserva como en 1490 y existe todavía Schatkammer con más de trescientas piezas de orfebrería tardomedieval y renacentista (oro, porcelana, objetos sagrados, etc.)
El castillo permaneció siempre como el centro de poder más importante y, aunque resultaba bastante raro en aquellas regiones de frontera, pasó indemne a través de los diferentes conflictos que la ensangrentaron y que significaron la desaparición de muchos otros castillos. Sólo durante la Revolución Francesa, cuando los ejércitos jacobinos ocuparon Renania, el castillo fue cosificado y cobijó a una guarnición dependiente del mando francés de Coblenza, pero en 1815 el conde Hugo Philipp zu Eltz pudo retomarlo, ya entonces como único propietario y, después su hijo, el conde Karl, lo hizo restaurar según el gusto romántico. Los trabajos duraron desde 1845 hasta 1888 y costaron una suma enorme de dinero, aunque afortunadamente no alteraron las formas originales, como a menudo sucedía con las fantasiosas reconstrucciones del siglo XIX.
En el siglo XIX era uno de los destinos preferidos por los viajeros ingleses, tanto que en el prontuario romántico de Edward Murria de 1836 era descrito como un ejemplo casi único de residencia feudal que había escapado a incendios, guerras y restauraciones. Se remonta al siglo X pero el Randhausburg ("castillo-poblado") actual es del siglo XII. El estilo utilizado pasó del romántico al gótico y al primer barroco. La imponente construcción se desarrolla en torno a un patio oval alargado y las alas se desarrollaron casi como formando un pequeño núcleo urbano: ésta era la residencia fortificada de las tres ramas de la casa Eltz a setenta metros (exactamente como la altura de las torres) sobre el río, por encima de uno de los espolones rocosos que tanto influyó en la disposición de pisos y espacios.
El castillo esta dividido en "casas" vinculadas a las diferentes ramas familiares, que a menudo llegaron a ser de hasta cien miembros directos o indirectos, que vivieron allí. Las diferentes estancias han sido cuidadosamente restauradas y comprenden galerías de arte y muebles antiguos; en la casa Rübenach se custodian armas y antiguas armaduras, incluso orientales, y una cama con un baldaquino de 1520, mientras en la próxima Untersaal hay tapices flamencos originales, paneles pintados y una Virgen de Lucas Cranach.
En la casa Rodendorf se halla la sala de los Electores Philipp Karl y Jacob, con tapices realizados por van der Brüggen de Bruselas. Las estancias más suntuosas son las salas de los caballeros, de las manufacturas Gobelins y de los Stendardi. Todo aquí se conserva como en 1490 y existe todavía Schatkammer con más de trescientas piezas de orfebrería tardomedieval y renacentista (oro, porcelana, objetos sagrados, etc.)
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