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sábado, 17 de junio de 2017

Lúthien Tinúviel

Nació en Tierra Media durante la Edad de los Árboles, siendo el ser más hermoso que jamás hubiera habitado Arda, y que jamás volvería a hacerlo. Sobre ello Tolkien dice: "...y allí, en el bosque de Neldoreth, nació Lúthien, y las blancas flores de niphrendil se adelantaron para saludarla como estrellas de la tierra. Lúthien vivió en Doriath, como hija del rey Thingol durante cientos de años antes de conocer a Beren el cual atravesó de forma inexplicable las defensas del reino, "El cerco de Melian", y se encontró accidentalmente con ella mientras ésta cantaba bajo los árboles. Se enamoraron y estuvieron encontrándose en secreto hasta que Daeron el Bardo los descubrió y forzó a Lúthien a presentar al mortal ante el trono de su padre."

Thingol se opuso a su relación con un hombre mortal. Pero Thingol, que no deseaba que su hija se relacionara con un hombre mortal, le impuso como condición para desposar su mano robar uno de los Silmarilli que brillaban encastrados en la corona de hierro de Morgoth en Angband y traérselo. Thingol pensó que esto haría desistir a Beren, pero eso no fue así, aceptó el desafío y tras despedirse de Lúthien emprendió su tarea. Primero viajó a encontrarse con Finrod Felagund, que lo reconoció como heredero de Barahir, con el cual tenía una deuda y le ofreció su ayuda, a pesar de considerar su tarea imposible. En efecto, ambos fueron capturados y retenidos en la fortaleza de Sauron.

Entre tanto, Lúthien, que estaba siendo estrechamente vigilada por su padre, consiguió escapar tejiendo con su propio cabello un oscuro vestido mágico. Tras su huida de casa de su padre, se encontró con Huan, un sabueso de Valinor, y con Celegorm y Curufin, elfos noldor hijos de Fëanor. Sin embargo, tras mostrarse ante ellos, pensando que había encontrado unos aliados, Celegorm se enamoró de ella y la llevó engañada a Nargothrond, donde una vez más se encontró encerrada. Huan se apiadó de ella y la ayudó a escapar, conduciéndola a la fortaleza de Sauron en su espalda, a modo de corcel. Al llegar a la fortaleza Lúthien liberó a Beren gracias a su poderosa magia y a la ayuda de Huan, sin embargo ya era tarde para Finrod. Tras su huida, estuvieron vagando por los bosques, pero Beren sentía la necesidad de cumplir la tarea encomendada por Thingol así que aprovechó el sueño de Lúthien para marcharse de nuevo. Al despertar, Lúthien, con la ayuda de Huan y unos disfraces de licántropo y murciélago, siguieron sus pasos. Beren maldijo entonces su promesa a Thingol, pero comprendió que no podía persuadir a Lúthien de no compartir su destino.

Tras llegar a la fortaleza de Morgoth, Lúthien hizo de nuevo uso de su magia para dormir a todos los habitantes, con excepción de Morgoth, pero éste quedó deslumbrado por la belleza de la elfa y se dejó adormecer por su canto. En ese momento, Beren cortó un Silmaril y escaparon, aunque a la salida de Angband el licántropo Carcharoth le arrancó a Beren la mano derecha, y con ella el Silmaril, con lo cual a partir de ese momento se le conoció como Erchamion, que significa "el manco". A su regreso a Doriath, Beren mostró el brazo con la mano arrancada y afirmó que había cumplido su tarea, ya que el Silmaril estaba en ese momento en su mano faltante y dentro del estómago de Carcharoth. Thingol finalmente accedió al matrimonio, llegando incluso a sentar a Beren junto a él.

En tanto, debido al dolor que le causa el Silmaril, Carcharoth se volvió loco y causaba estragos en todas las tierras por las que pasaba. Por eso, Beren, junto con otros en Doriath, decidió ir a darle muerte, lo que consiguió. Al abrir las entrañas de Carcharoth, consumidas por la luz del Silmaril, los elfos encontraron que la joya estaba todavía en la mano de Beren, intacta e incorruptible. Sin embargo, Beren resultó también mortalmente herido en la lucha con el monstruo de Morgoth, desolada, Lúthien le pidió a Beren que la esperase en las Estancias de Mandos, adonde van las almas mortales después de la muerte, y ella misma fue languideciendo hasta morir. Al llegar a la morada de los muertos, con sus tristes cantos conmovió por primera y única vez a Mandos, que hizo a Lúthien la siguiente oferta: "Por causa de sus fatigas y sus dolores, podría abandonar a Mandos e ir a Valinor, para morar allí hasta el fin de los días. Allí no la seguiría Beren. Porque no les estaba permitido a los Valar evitarle la muerte que es el don de Ilúvatar a los Hombres. Pero la otra elección posible era la que sigue: regresar a la Tierra Media y llevar consigo a Beren para morar allí otra vez, mas sin ninguna seguridad de vida o alegría. Ella se volvería entonces mortal y estaría sometida a una segunda muerte, lo mismo que él, y antes de no mucho abandonaría el mundo para siempre y su belleza no sería más que un recuerdo en el canto."

Luthien decidió compartir el destino de Beren y juntos volvieron a la vida. Regresaron primero a Doriath, y fueron entonces a vivir a los bosques de Ossiriand, a Tol Galen en el río Adurant (lugar al que los eldar llamaron desde entonces Dor Firn-I-Guinar, "la tierra de los muertos que viven"). No se supo cuándo abandonaron el mundo ni dónde reposaron por última vez. Beren y Lúthien tuvieron un hijo, Dior el Hermoso, también referido como "el heredero de Thingol". De él desciendieron los medio elfos y posteriormente los reyes de los Númenóreanos y el resto de los dúnedain. Lúthien fue la más hermosa de los elfos, y también fue una de las más poderosas, pudiendo con su magia hechizar al propio Morgoth y también a su discípulo Sauron. De entre todos los elfos, sólo ella murió realmente, al compartir voluntariamente el destino de los Segundos Nacidos para estar junto a Beren; aunque algunos de sus descendientes medio elfos siguieron su camino: Elros, hermano de Elrond y primer rey de los Numenóreanos; y Arwen, hija de Elrond, que se decía había traído de nuevo a la Tierra Media la belleza de Lúthien, y que decidió la mortalidad por su amado, el dúnadan Aragorn, rey de Gondor y Arnor.

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