En el margen septentrional de la región vinícola de Tokaj, a lo largo de la orilla del río Bodrog, no lejos de la actual frontera eslovaca, el castillo de Sarospatak fue levantado en el siglo XIII y completamente reconstruido en forma de lujosa estancia renacentista por el poderoso magnate húngaro Péter Perényi, que confia el proyecto al arquitecto italiano Alessandro da Vedano. Los trabajos comenzaron en 1534 y fueron llevados a cabo, después de la muerte de Péter por su hijo Gábor.
Fallecido este último en 1567 sin dejar herederos directos, el castillo pasó a György Rakóczi en 1616 y se convirtió en la sede de una pequeña pero magnífica corte. Rakóczi, nacido en 1676, continuó embelleciendolo y habitandolo, incluso despues de que en 1630 fuera elegido príncipe de Trnasilvania, principado formalmente vasallo del imperio otomano, del que intentó conseguir la independencia moviendo su estrategia entre austriacos y turcos. Frenc II Rakóczi nacido en 1676 continuó esta política en perjuicio de Austria, que se apoderó a finales del siglo XVII de Hungría y Transilvania batiendo a los Trucos; buscó apoyo en el Rey Sol y se dirigió entre 1703 y 1711 una revuelta austriaca llamada de los Kuruc, es decir, de "los cruzados". En aquellos años muchos enemigos de Austria lo reconocieron como príncipe regente de Hungría, y el castillo de Sarospatak vio la llegada de numerosos embajadores extranjeros a su corte. Cuando finalmente los austriacos consiguieron sofocar la rebelión, Rakóczi tuco que abandonar el castillo para exiliarse en Francia, estableciendose en Versalles con sus más fieles combatientes que no lo abandonaron, y que puesto al servicio de Luis XIV se conviriteron en instructores de su caballería ligera, los célebres húsares.
El castillo de Sarospatak, abandonado durante muchos años, amenazaba con tener que ser declarado en ruina hasta que en el siglo XIX, pasado a los Bretzenheim y después a los Windischgratz, fue salvado gracias a que se realizaron importantes trabajos de restauración.
El castillo que denomina la Cambridge húngara, la Atenas del Bodrog, es un compendio de los grandes edificios fortificados y las residencias húngaras: torres puntiagudas, rotondas, murallas, logias, patrios con ventanas serlianas, etc. La construcción de las fortalezas comenzó en 1534 y su parte más antigua es el edifico llamado tierra Roja, rico en recursos góticos y renacentistas. Bajo György Rakóczi, principe de Transilvania, fueron construidos los pisos superiores en las alas occidentales, septentrionales y meridionales. A los Bretzenheim se debe la construcción del frontal romántico y el parque inglés. Los Windischgratz hicieron construir en la torre Roja la capilla en honor de Santa Isabel. En 1646 fue construida la logia con arcos que unen la torre con la parte occidental, la escalinata y el balcón cerrado "Sub Rosa". Hacia finales del siglos XVIII entró en decadencia. Posteriormente restaurado, muestra todavía la renacentista galería Lorantffy, el Palacio del Príncipe y la biblioteca. La antigua iglesia del castillo fue construida en el siglo XIV, y es uno de los más esplendidos ejemplos del gótico húngaro. Sus paredes están embellecidas con pinturas de Maulbertsch, célebres son el órgano barroco y el altar de madera (el más grande de Hungría). Hoy en el castillo se encuentran reliquias fundadas a la historia por los Rakóczi y su rebelión, y elementos del cultivo de la vid y del trabajo de la porcelana introducida precisamente por aquellos príncipes.
muy buena sintesis,saludos
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