Buscar este blog

sábado, 8 de julio de 2017

Consolidación del Poder del Emperador

Llegada del Budismo
En el año 538 el rey de Cudara regaló al emperador japonés una estatua de cobre dorado junto con unos libros enrollados. Eran la imagen de Buda y su biblia. El budismo lo fundó en el siglo V a.C., Shaka de Magadha, una región al norte de la India. Aunque al principio fue una religión local, con el tiempo se extendió a los países más cercanos y ha rebasado las fronteras de raza y clase. Hoy día es una de las más importantes del mundo.

Cuando la nueva religión llegó a Japón, a través de China y Corea, uno de los consejeros de emperador preguntó: "En todos los países vecinos profesan esa religión ¿Por qué solo en Japón no lo hacen?" A lo que otro le contestó: "Japón tiene sus propios dioses a los que siempre hemos adorado. Si veneramos a dioses extranjeros, los nuestros se enojarían y nos castigarían severamente" Después de oír ambos razonamientos, el emperador le pidió al primero adorar un nuevo dios en privado. Cuando años después se propagó una epidemia, los que se oponían a las nuevas ideas dijeron al emperador que había sido ocasionada por la ira de los dioses al ver que veneraban al dios extranjero, por lo que rompieron el ídolo y quemaron la capilla.

Después de muchos años, cuando los embajadores japoneses de Cudara regresaron con estatuas budistas, un consejero, hijo de aquel que introdujera el culto a Japón, mandó construir un templo para adorar las imágenes. Al mismo tiempo, buscó otros seguidores de Buda y celebró una gran ceremonia de inauguración, hecho que enojó al emperador, quién ordenó quemar el templo y lo ídolos. Sabemos de esas historias a través de documentos muy antiguos, Sin embargo, también encontraron tumbas de cremación con restos de espejos de cobre con imágenes de Buda, testimonios arqueológicos del comienzo del culto en el siglo VI en Japón. El interior de estas tumbas eran de madera con un grueso recubrimiento de barro, lo que permitía incinerar al difunto junto con sus pertenencias favoritas. Esta práctica llegó a Japón con el Budismo.

La Obra del Príncipe Shôtoku
El príncipe Shôtoku fue el hijo legítimo del trigésimo primer emperador Yômei, pero en aquel tiempo no era extraño que los hermanos del difunto emperador se disputaran el trono. Por si fuera poco, los dos consejeros más influyentes también participaban en la contienda, lo que acentúo el problema de la sucesión. La confusión causada por estas pugnas favoreció que un tío de Shôtoku ocupara el trono, para luego ser sustituido por Suiko, una tía de Shôtoku que había sido emperatriz del trigésimo emperador y la primera sucesora femenina al trono. Durante su reinado el príncipe Shôtoku fue nombrado regente y se le permitió asistir en el gobierno del país. Sin embargo, a causa de su temprano fallecimiento, no llegó a asumir el poder.

De su niñez Shôtoku era conocido por su inteligencia extraordinaria: se decía que podía contestar diez preguntas a la vez, y que a los siete años ya había leído cientos de libros, aunque probablemente solo sean historias destinadas a exagerar su sagacidad. Shôtoku era su nombre honorífico; el real significaba "puerta del establo". No se sabe a ciencia cierta la razón de tan extraño nombre. Una anécdota dice que fue porque su madre dio a luz frente a uno de estos sitios, historia que también podría ser una alusión al nacimiento de Jesucristo.

Shôtoku procuró fortalecer el poder del emperador, para lo cual emprendió dos grandes tareas políticas: promulgó un código de 17 artículos de gobierno, cuyo fin era crear una nueva ética política, y envió embajadores a China. La nueva constitución era completamente diferente de las actuales. La integraban un conjunto de normas morales cuya primera norma decía: "Valiosa es la armonía. No desobedecer es lo más importante". Y la segunda "Ante todo debes respetar tres tesoros: Buda, la ley y los monjes". El tercer principio decía que el emperador es el Cielo y los vasallos la Tierra. Aquí es evidente la fuerte influencia del pensamiento chino antiguo: el cielo es la deidad suprema que domina todo el universo. También se destaca la importancia de ser moderado en todas las cosas, de la confianza mutua, del premio y del castigo, la discusión en común, de abandonar la envidia, de dar preferencia a lo público sobre lo privado, etc. Podemos decir, en suma, que es un compendio de los ideales antiguos. Aunque la obra esta bien escrita, existen dudas sobre la autoría de Shôtoku.

A diferencia de los anteriores gobernantes, que enviaron a sus embajadores para manifestar su respeto y ponerse a las ordenes del emperador chino. Shôtoku envió al suyo para saludar al compañero. El mensaje de presentación comenzaba: "El emperador del país del Sol Naciente envía esta carta al emperador del país del Sol Poniente". Por supuesto la misiva ofendió al emperador chino, quien se consideraba el máximo rey de los países a su alrededor, por lo que informó a sus ministros que jamás recibiría a tan descortés embajador. Sin embargo el emperador respondió al saludo, al vez porque consideró que le convenía mantener la amistad con Japón, especialmente si pensaba invadir Côcuri. Shôtoku corrió el riesgo porque conocía la situación política internacional. Gracias a los inteligentes trabajos de Shôtoku, la corte Yamato pudo fortalecer su autoridad ante los países coreanos y a los señores influyentes de Japón.

Shôtoku y el Budismo
Shôtoku veneraba a Buda con fervor. Estaba convencido de que el profundo pensamiento del budismo era benéfico no solo para sí mismo, sino también para unificar a su país. Mando, pues, construir siete templos donde se formaron muchos monjes. El templo Hôryû, construido a principios del siglo VII por mandato suyo es visitado frecuentemente por peregrinos y observadores hasta la fecha. Aunque el templo Hôryû actual es una reconstrucción de finales del mismo siglo en que se erigió, tras haberse incendiado el original, es el más antiguo y el más hermoso del país.

Shôtoku no era un político ambicioso, sino un pensador que dedicó sus últimos días a reflexionar acerca de lo efímero de la vida humana. Su pensamiento quedó resumido en esta máxima "El mundo es vano, solo Buda es verdad". En el año 622, el príncipe Shôtoku y su esposa cayeron gravemente enfermos y en un intento por recuperar su salud, ordenaron a Tori, descendiente de inmigrantes chinos, que elaborara imágenes de Buda. El intento fue en vano, pues murieron ese mismo año antes de que pudiera terminar su trabajo. No obstante, Tori siguió su tarea y la acabó al año siguiente.

Lucha entre consejeros
En Japón antiguo los nobles estaban en dos grupos: las familias omi y las murazi. Los omi fueron, durante mucho tiempo, señores provinciales que voluntariamente rendían vasallaje a la dinastía Yamato. Por su parte, los muzari, había sido durante generaciones los principales súbditos y tenían gran influencia en la corte desde tiempos antiguos. Dos o tres casas se llamaban a Ô-omi y Ô-murazi: "ô" significa grande, por lo que Ô-omi quiere decir "La gran familia Omi" y lo mismo vale para los Ô-murazi. Estas casas eran líderes de los clanes omi y de los murazi. La diferencia entre ambos grupos la ilustra claramente el hecho de que los emperadores o cualquier familiar suyo podía casarse con un integrante de los omi pero nunca de los murazi.

Desde mediados del siglo VI los Ô-omi eran la familia Soga y los Ô-murazi la familia Mononobe. Los jefes de cada familia eran los consejeros del emperador con mayor influencia cuando fue introducido en Japón el budismo. Soga lo recibió gustosamente, mientras que Mononobe lo rechazó por ser una religión extranjera. Durante décadas esta diferencia mantuvo dividida a la dinastía Yamato, hasta que Soga y Mononobe se enfrentaron en una cruenta batalla. Aunque Mononobe se defendió furiosamente como jefe de la policía y del ejército de la corte, Soga lo venció gracias a su alianza con otros señores provinciales. Además de que muchos de ellos eran amigos, Soga consiguió numerosos aliados entre los señores jóvenes y los príncipes porque eran más progresistas que los Mononobe y atraía a los seguidores de Shôtoku.

Así, el Ô-omi Soga se convirtió en el consejero máximo del emperador y durante setenta añosdirigió los asuntos de Yamato. Con el tiempo, Soga se volvió más y más arrogante, desencadenando acontecimientos como el que se narra a continuación.

Reforma de Taika
En 643, sin permiso del emperador, Emisi de Soga transfirió el puesto de consejero supremo a su hijo Iruka, quién desde niño había demostrado ser sagaz, orgulloso y dueño de una gran ambición. A fin de que el trono lo ocupara un príncipe de su preferencia, Iruka mandó matar al príncipe Yamase (heredero del príncipe Shôtoku), quién huyó, y finalmente se suicidó con su esposa e hijos.

Otro príncipe que pretendía el trono, Nakano-ôe, intentó deponer al dictador. Para ello ideó en secreto un plan junto con Kamatari de Nakaomi, vasallo fiel, en 645, durante una ceremonia, mató a Ikura. El padre de este los atacó, aunque cuando ya estaba retirado, pero al ver que su propio clan tenía muchos enemigos, se suicidó. Una de la causa de la derrota de los Soga fue el descontento que había entre los parientes con la manera en que se realizaba la sucesión (de padre a hijo), cuando en muchos otros casos eran los hermanos del difunto quienes lo sucedían. Un importante conspirador del golpe en contra de Iruka fue su primo.

Tras la muerte de Iruka un nuevo régimen fue instaurado: se nombró nuevo emperador a Kôtoku y Nakano-ôe fue designado príncipe sucesor. Se abolieron los títulos Ô-omi y Ô-murazi y se establecieron en su lugar el Sidaizin y Udaizin (Ministro izquiero y Ministro derecho, respectivamente) como los dos consejeros supremos. Estos puestos eran inmediatos después del príncipe sucesor. Los otros oficiales  también cambiaron sus títulos y oficios. Asimismo, se cambió el nombre del año por el de Taika ("gran cambio") y se trasladó la capital a Naniwa, ciudad a orillas del mar situado a 40 km al noroeste.

Lo más importante de estos cambios fue la declaración de que la tierra y la gente pertenecían ahora al emperador, esto es, se nacionalizaba en país entero y se abolía la propiedad privada. Para realizar lo anteriorse envió a los oficiales de la corte a las provincias para mediar el tamaño de los campos y contar habitantes, hecho que contribuía a una justa recaudación de los tributos. En general, los señores provinciales no se opusieron a tales reformas por temor al emperador, lo cual reforzó su autoridad y la centralizó del poder. No obstante, el emperador no olvidó escuchar la opinión del pueblo y mandó poner una caja para recibir peticiones. Estas reformas fueron la realización del anhelo de Shôtoku, y que más tarde se completarían.


Resultado de imagen para budismo en japon jpg

0 comentarios:

Publicar un comentario