Criaturas de las Tierras del Sueño que habitan en el desierto conocido como la "Inmensidad Fría", cerca de la ciudad de Kadath. Son unos enormes reptiles voladores caracterizados por el extraño aspecto de su cabeza, que recuerda a la de los caballos. Suelen llevar como jinetes a los esbirros de los Dioses Exteriores.
Acerca de su apariencia, Lovecraft los describe como "...No se trataba de pájaros o de murciélagos comunes en otros lugares de la tierra o en el país de los sueños, ya que eran más grandes que un elefante y tenían cabeza de caballo. Carter presintió que aquellos eran los pájaros shantaks de tenebrosa fama; y ya no tuvo duda sobre qué perversos guardianes e innominados centinelas hacían que los hombres evitasen el destierro rocoso de la región septentrional. Y cuando ya se detuvo resignado, miró por fin tras de sí y vio venir al achaparrado mercader de ojos oblicuos y mala fama, a horcajadas sobre un escuálido yak, a la cabeza de una borda repugnante de torvos shantaks cuyas alas aún se veían sucias del barro y el salitre de los pozos inferiores."
Viven en lugares desérticos y cavernas. Son siervos de los Dioses Exteriores, a los que profesan una profunda fidelidad; también pueden ser fieles a aquellos que les cabalguen, pero tal lealtad suele ser bastante menor o incluso falsa, pues los shantaks pueden llegar a traicionarles y llevarles ante el Trono de Azathoth, lo que supone la perdición para sus jinetes. Su principal debilidad es su temor a los ángeles descarnados de la noche, siervos de Nodens, de los cuales prefieren mantenerse alejados.
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