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jueves, 8 de junio de 2017

El Poema de Mulán (China)

Hua mulan es una obra se compuso en el siglo VI, durante la Dinastía Tang. La colección de cantos a la que pertenecía originalmente se ha perdido, pero se conserva una versión posterior, compilada por Guo Maoqian en el siglo XII.

En la historia Mulan se disfraza de hombre para ocupar el lugar de su anciano padre en el ejército. Tras cumplir su servicio en el ejército, el Emperador le ofrece los más altos honores. Sin embargo, Mulan no desea seguir en el ejército, y pide sólo un burro para volver al hogar paterno. Cuando sus antiguos compañeros del ejército acuden a visitarla, quedan impactados al verla vestida como una mujer.

El período en el que transcurre la historia es incierto. Los primeros testimonios de la leyenda afirman que vivió durante la dinastía Wei del Norte (386-534). Sin embargo, otra versión sostiene que Mulan fue solicitada como concubina por el Emperador Sui Yangdi (604-617). Algunas evidencias del poema apuntan a la primera interpretación. Al Emperador se le llama también como "Khan", título utilizado por los gobernantes descendientes de la nación altaica Xianbei, en la antigua China. Los gobernantes de la dinastía Wei del Norte eran de etnia Xianbei. Por otra parte, la referencia al "Khan" podría reflejar la fecha de composición del poema, y no la época en que suceden los hechos. 

La leyenda de Mulan es increíblemente similar a la historia de la emperatriz Fu Hao, una de las sesenta esposas del Emperador Wu Ding de la Dinastía Shang, quién tenia la costumbre de casarse con una mujer de cada una de las tribus vecinas, con el fin de mantener alianzas con estas. Esta emperatriz llegó a ser general de los ejércitos chinos, así como la líder militar más poderosa de su tiempo, esto se descrubrió debido a las inscripciones en hueso desenterradas en el Oráculo de la antigua ciudad de Yīnxū, dónde se habla de las numerosas campañas militares que la emperatriz dirigió a lo largo de su vida durante el gobierno de su marido el emperador, un hecho que se confirmó también gracias al descubrimiento de su tumba en 1976, en la que se hallaron numerosas armas incluidas grandes hachas de guerra, lo que demuestra su papel como general de los ejércitos.


POEMA
Los insectos celebran con su canto la tarde.
Mulán está tejiendo ante la puerta.
No se oye girar la lanzadera,
tan sólo los lamentos de la niña.
Preguntan dónde está su corazón.
Preguntan dónde está su pensamiento.
En nada está pensando,
si no es en el rey Kong, su bello amado.
La lista del ejército ocupa doce rollos
y el nombre de su padre figura en todos ellos.
No hay un hijo mayor para el padre,
un hermano mayor que Mulán.
«Yo iré a comprar caballo y una silla,
yo acudiré a luchar por nuestro padre.»
Ha comprado en oriente un caballo de porte,
ha comprado en poniente una silla y cojín,
ha comprado en el sur una brida
ha comprado en el norte un buen látigo.
Al alba se despide de su padre y su madre;
cuando anochece, acampa junto al Río Amarillo.
Ya no escucha el llamado de su padre y su madre,
tan sólo el chapoteo del caballo en el agua.
Al alba abandona el Río Amarillo;
cuando anochece, llega a la Montaña Negra.
Ya no escucha el llamado de su padre y su madre,
tan sólo a los caballos relinchando en el monte.
Cruzó miles de millas en busca de la guerra,
corrió como volando por pasos y montañas,
las ráfagas del cierzo traían son de hierro,
a la luz de la luna brillaban armaduras.
Allí los generales luchando en cien batallas
morían, y después de haber dado diez años
volvían a su casa, valientes, los soldados.
De vuelta, es recibida por el Hijo del Sol,
que se sienta en la Sala de los Resplandores.
Le concede medallas por sus méritos muchos,
le ofrece alas de pato crujientes por millares.
El Khan le ha preguntado qué quiere hacer ahora.
«Mulan no necesita honores oficiales,
dame un burro robusto de cascos bien ligeros
y envíame de vuelta a casa de mis padres.»
Cuando escuchan sus padres que su hija se acerca,
los dos salen a verla, dándose de codazos.
Cuando escucha su hermana que su hermana se acerca,
se arregla y se coloca delante de la puerta.
Cuando escucha su hermano que su hermana se acerca,
saca filo al cuchillo, sacrifica un cordero.
«He abierto la puerta de mi cuarto oriental,
y en el occidental me he sentado en la cama.
Me quité la armadura que llevaba en la guerra
y me he puesto la ropa que llevé en otro tiempo.
Delante del espejo, cerca de la ventana
me he peinado el cabello enmarañado
y he adornado mi frente con pétalos dorados.»
Cuando Mulan salió ante sus camaradas,
todos se sorprendieron, quedáronse perplejos.
Doce años estuvieron con ella en el ejército
y ninguno sabía que era una muchacha.
Las patas del conejo saltan más,
los ojos de la hembra son algo más pequeños,
mas cuando ves un par corriendo por el campo,
¿quién logra distinguir la liebre del conejo?

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