Buscar este blog

sábado, 13 de mayo de 2017

PROMETEO, EL TITÁN QUE AMÓ A LA HUMANIDAD


Prometeo, el titán, es hijo de Jápeto; sobre su madre, las tradiciones no concuerdan en el nombre de ella, algunos mencionan que Asia es su madre, y otros afirman que es la titánide Clímene. 

Para algunos autores, Prometeo creó a la humanidad, moldeándolos con arcilla. Pero esta leyenda no aparece en la Teogonía de Hesíodo, quien sólo menciona que Prometeo es el bienhechor de los humanos. Se dice que durante un sacrificio solemne, había hecho dos partes de un buey, en un lado puso la carne y las entrañas, recubriéndolas con la carne del animal; en otro puso los huesos mondos recubiertos con grasa blanca. Luego dijo a Zeus que eligiese su parte, el resto quedaría para los hombres. Zeus eligió la grasa blanca y al descubrir que sólo se trataba de huesos sintió un profundo rencor hacia Prometeo y la humanidad, que había sido favorecida por aquella astucia. Para castigarles les retiró el fuego sagrado. Sin embargo, Prometeo acudió en ayuda de sus amados hombres y se adentró en la morada de los dioses para poder robar las semillas del fuego que se encontraban en la "rueda del sol" y las llevó a la Tierra ocultas en un tallo de férula. Zeus se enteró de esta desobediencia y decidió castigar a los humanos y también al titán Prometeo. A los primeros les castigó al enviarles  un ser creado ex profeso, su nombre es bien conocido: Pandora (click para leer su mito), quien sería la ruina de la humanidad. En cuanto a Prometeo, le encadenó con cables de acero en el Cáucaso, enviando un águila, nacida de Tifón y Equidna, que le devoraba el hígado el cual se regeneraba constantemente. Y juró por Éstige que jamás lo desataría de la roca. Sin embargo, cuando Heracles pasó por el lugar donde estaba atado el titán, atravesó con una flecha al águila que asolaba a Prometeo. Al ver la proeza que había realizado su hijo, Zeus no protestó y dejó libre a Prometeo, sin embargo, tuvo que llevar en el dedo, un anillo del acero de la cadenas que otrora le detenían, y también portar un pedazo de roca del Cáucaso, de esta manera estaría unido por siempre a la peña que fue durante un tiempo su prisión. Por ese entonces, Quirón, el centauro, se quejaba de los dolores que le provocaba una flecha disparada por su discípulo Heracles y deseó morir. Como era inmoral tuvo que buscar a alguien que aceptar su inmortalidad, ese fue Promete, quien desde ese entonces adquirió la vida eterna. 


0 comentarios:

Publicar un comentario