Con su mole bastionada y torreada que tiene casi 16,400 metros cuadrados de superficie, que ocupan toda la cima de una colina, el castillo de Beseno es el complejo fortificado más grande de Trentino.
Construido en el centro del valle Lagarina, entre Rovereto y Trento en el punto en que se separa del Adgie la vía que lleva a Vicenza, tenía como misión principal controlar el final de esa importante arteria. Citado por primera vez en 1171, pertenencía a la familia de los Castelbarco, que en aquellos tiempos dominaba el valle valle aliado de Verona. Es posible que para construirlo llegara a utilizar materiales de los castillos enemigos, destruido en torno a 1166 por obstaculizar el paso de las tropas imperiales de Federico Barbaroja.
Un siglo después, los Castelbarco se había dividido en cinco ramas, una de las cuales pertenecen al castillo de Beseno; sin embargo, su feudo fragmentado fue reagrupado de nuevo gracias a Guglielmo de Castelbarco, que tuvo el poder en Verona, y que según una tradición que se mantiene pero que no ha sido nunca probada habría alojado a Dante en uno de sus castillos, el de Lizzana. Después de Guglielmo, los bienes de Castelbarco fueron de nuevo subdivididos, y en esta ocasión en ocho ramificaciones familiares.
De este debilitamiento se aprovechó la república de Venecia, que aspiraba a apoderarse de Trento, y que a principios del siglos XV ocupó el valle de Lagarina y diferentes castillos, entre ellos el de Beseno. Perdida por los venecianos en 1470, la fortaleza pasó posteriormente a los Trapp y lentamente fue abandonada hasta quedar en ruinas.
Los imponentes restos de la última fortaleza imperial-eclesiástica trentina en los enfrentamientos con Venecia se caracterizan por tener un doble circulo de murallas que rodea el castillo, formando así un gran eclipse cuyo eje mayor tiene 250 metros. Beseno fue la respuesta al nacimiento de la artillería y también al principal ejemplo de la transición de un castillo levantado sobre un suelo rocoso al castillo apoyado por contrafuertes. Una modificación que se realizó en Italia por primera vez.
En el viejo castillo de Castelbarco se levantaron las torres y se rebajaron las murallas (dado que los asediantes no habían escalado nunca los muros sino esperado abrir una brecha en ellos), mientras desaparecieron las almenas, reemplazadas por merlones y parapetos más bajos y rodeados. Al mismo tiempo se abrieron troneras para los tiros laterales. Se trata de un edificio imponente y también de cierto rango, que tiene en su interior diferentes estancias con notables frescos correspondientes los siglos XV y XVII.
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