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domingo, 2 de julio de 2017

I GUERRA MUNDIAL: LOS PREPARATIVOS DEL CONFLICTO



Los planes bélicos de todas las potencias continentales se basaban en la rápida movilización de grandes ejércitos. Los estados europeos maximizaron sus efectivos reclutando un porcentaje considerable de su población masculina para un servicio militar a corto plazo en tiempo de paz. Estos hombres entrenados formaban una reserva que podía desplegarse fácilmente en caso de guerra. 

Así crearon ejércitos de un tamaño sin precedentes en Alemania, Francia, Austria-Hungría y Rusia. Gran Bretaña, que no tenía servicio militar obligatorio, contaba con un número relativamente pequeño de tropas regulares y reservistas, respaldado por un ejército territorial a tiempo parcial, destinado sólo a funciones interiores. 

Planes para una guerra en dos frentes 

Se daba por hecho que Alemania tenía que luchar contra Francia y Rusia simultáneamente, pues existía una alianza militar franco-rusa desde la década de 1890. El jefe del Estado Mayor alemán entre 1891 y 1906, Schlieffen, pensaba que una guerra en dos frentes sólo podía ganarse mediante una agresión temeraria. Schlieffen ideó una plan para lanzar una ofensiva inicial a gran escala contra Francia. Acercándose a través de Bélgica, sus tropas rodearían a los franceses, atacando desde la retaguardia y aplastándolos al cabo de seis semanas de movilización. Entonces las tropas alemanas se trasladarían en tren hasta el Frente Oriental y derrotarían a los rusos. Este arriesgado plan, basado en optimistas suposiciones absolutas, desde la velocidad de marcha de las tropas alemanas hasta la lentitud de la movilización rusa, fue adoptado en 1905. El sucesor de Schlieffen en la Jefatura del Estado Mayor alemán, Moltke, conocido como "el joven" se limitó a retocar detalles del plan, tales como eludir la violación de la neutralidad neerlandesa y desplazar algunas tropas de la maniobra envolvente para reforzar la frontera con Francia. Las consecuencias de violar la neutralidad belga ni siquiera se tuvieron en cuenta. 

En el momento que se adoptó el plan Schlieffen, Francia se mantenía prácticamente a la defensiva. por temor al poderío militar alemán, Francia había construido una línea de fortalezas en su frontera oriental. En 1911, sin embargo, el general Joffre pasó a ser Jefe del Estado Mayor francés , modificando la táctica de su ejército. 

Ofensas frente a defensas 

Influido por teóricos militares como el general Foch, quien sostenía que en la guerra moderna el ataque siempre trifunfaba sobre la defensa, Joffre adoptó el plan XVII, según el cual la invasión inmediata de las provincias de Alsacia y Lorena, anexionadas por Alemania, haría estallar la guerra. En 1913, los franceses también adoptado de sus aliados rusos, cuyo rearme estaban financiando, la promesa de lanzar una ofensiva contra Alemania antes de 15 días de movilización. Los rusos seguían teniendo planes aparte por si se producía una guerra contra Austria-Hungría en solitario. Austria-Hungría se enfrentaba a un problema de objetivos divididos. El jefe del Estado Mayor austrohúngaro, Conrad von Hötzendorf, era partidario de una ofensiva contra Serbia, y se inclinaba a permenecer a la defensiva frente a Rusia. Pero los aliados alemanes de Austria-Hungría necesitaban las fuerzas de estas para atacar a los rusos en Polonia a fin de mitigar la presión en el Frente Oriental alemán. Pese a los planes austrohúngaros de movilizar una "fuerza de ataque" contra Serbia o Rusia como estaba previsto, la cuestión seguía sin resolverse en 1914.

Compromisos bélicos 

La principal línea de defensa británica era la marina de guerra, que había permitido a sus gobiernos adoptar una actitud distante con respecto a los asuntos europeos. Pero su entente con Francia en 1904, destinada a disuadir a Alemania, derivó en unos planes bélicos que llevarían a los británicos a una guerra europea.

Desde 1911, unas conversaciones entre altos mandos británicos y franceses llevaron a que, si Francia era atacada por Alemania, Gran Bretaña enviaría una fuerza expedicionaria por el canal de la Mancha para ubicarse a la izquierda de la línea francesa, frente a la frontera con Bélgica. Los británicos se cuidaron mucho de no prometer demasiado a sus aliados franceses a este respecto. Los oficiales del Estado Mayor ejecutaron los planes bélicos anteriores a 1914, con horarios e itinerarios a los que se ceñían para que la máquina militar funcionase con precisión. Solo difícilmente podía impedirse que la movilización de los ejércitos provocase batallas a gran escala. Los planificadores habían escrito el guión de una gran guerra europea que podía desencadenarse en cualquier momento.


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