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sábado, 25 de noviembre de 2017

TIFÓN, LA AMENAZA DE ZEUS


La tradición más aceptada y difundida afirma que Tifón nació de la unión entre Gea y Tártaro, otra versión señala que Gea, furiosa por la derrota de los gigantes, acudió con Hera y calumnió a Zeus, ésta a su vez fue a donde Crono y le pidió consejo para vengarse de su esposo, el titán le facilitó dos enormes huevos que una vez enterrados darían a luz a uno de los mayores enemigos de Zeus y los dioses: Tifón. 

Descomunal, terrorífico e imponente, así era Tifón; los mitógrafos aseguran que era más alto que las montañas, y que a menudo su cabeza rozaba el cielo; cuando extendía los brazos uno llegaba a oriente y el otro a occidente, y en vez de dedos tenía cien cabezas de dragón; era alado, y de la cintura para abajo estaba rodeado de víboras. Al ver a semejante monstruo, los dioses huyeron y se refugiaron en Egipto; allí se ocultaron en el desierto, y cada uno de los dioses adoptó forma animal para no ser descubiertos. Sólo Atenea y Zeus le hicieron frente a Tifón; el padre de los dioses lo fulminó y cuando estuvo cerca de él lo abatió con un sable de acero. La pelea se desarrolló en el monte Casio. Tifón, que no estaba herido de gravedad, logró recuperarse y arrebató el sable de acero al Dios, acto seguido le cortó los tendones y le encerró en una cueva ubicada en Cilicia. Ocultó los tendones en una piel de oso y los dio a custodiar al dragón Delfine. Pero este no fue el fin, Hermes y Pan recuperaron los tendones y se los entregaron a Zeus, quien rápidamente se dirigió a sus dominios y en un carro tirado por corceles alados comenzó a hostigar con rayos a su enemigo Tifón. Tifón huyó con la esperanza de acrecentar su fuerza al probar los frutos del monte Nisa, así se lo habían prometido las Parcas, sin embargo, todo fue una estrategia para atraerlo hacía allá. La lucha fue encarnizada, pero finalmente venció Zeus al enterrar a Tifón bajo islas y el monte Etna. Ovidio refiere sobre este episodio, lo siguiente:

La vasta isla de Trinacria está echada encima del cuerpo giganteo y aplasta debajo de sus enormes peñascos Tifón, que osó aspirar a etéreas sedes. Él no deja de hacer fuerza y con frecuencia pugna por alzarse; pero su mano derecha está aplastada por el ausonio Peloro y la izquierda por ti, Paquino; sus piernas las sujeta el Lilibeo y sobre su cabeza pesa el Etna, bajo el cual, tendido boca arriba escupe arena y vomita llamas el feroz Tifón. 

Entre los descendientes de Tifón se encuentran seres no menos monstruosos que él: la Hidra de Lerna, la Quimera y el perro Ortro y su hermano Cancerbero.  


domingo, 5 de noviembre de 2017

HEFESTO, EL DIOS DEL FUEGO.


Hefesto es el dios del fuego. La versión más difundida afirma que es hijo de Zeus y Hera, aunque otra tradición menciona que Hera lo engendró por sí sola, despechada por el nacimiento de Atenea, quien fue engendrada por Zeus sin intervención de mujer alguna. 



Hefesto es un Dios cojo, sobre este defecto existen diversas explicaciones. La más difundida de ellas es la que Homero nos comparte en la Ilíada: Hera discutía con Zeus por culpa de Heracles, y Hefesto intervino en defensa de su madre; furioso, Zeus tomó por un pie a su hijo y lo lanzó fuera del Olimpo. Hefesto cayó durante un día entero, hasta que al atardecer se estrelló en la isla de Lemnos donde quedó maltrecho y casi sin respiración. Fue auxiliado por los Sintios, pero quedó cojo para siempre. 

Otra versión refiere que Hefesto nació cojo y que debido a esto su madre se avergonzó de él y decidió ocultarlo a la vista de las demás divinidades y fue por ello que lo arrojó desde lo alto del Olimpo. Hefesto cayó en el Océano y fue recogido por Tetis y Eurínome quienes le criaron por espacio de nueve años en lo profundo de una grieta. Durante este tiempo, Hefesto fabricó hermosas joyas para demostrar su gratitud que se extendió a lo largo del tiempo. 

Hefesto encolerizado con su madre, fabricó un trono de oro en el que unas cadenas ataban a quien se sentase en él, y se lo envió a Hera. La Diosa fascinada por su regalo se sentó y quedó atada al trono, nadie sabía el secreto para liberarla, al final convencieron a Hefesto para que subiera al Olimpo, se dice que llegó embriagado y sobre un asno.

En el grupo de los grandes dioses, Hefesto es el Dios del elemento ígneo. Dios de gran fuerza, combate ante Troya con las llamas, así como en la Gigantomaquia utilizó un mazo incandescente para darle muerte a sus enemigos. Además es el Dios tutelar de los metales y la metalurgia. Tiene soberanía sobre los volcanes y trabaja junto a los Cíclopes que son sus ayudantes. Él fue quien forjó las armas de Aquiles. 

A pesar de su fealdad y defectos, Hefesto tuvo un romance con Afrodita, la Diosa del amor, sin embargo, le engañó con Ares, el Dios de la guerra. 

Hefesto también participó en la creación de Pandora, en el castigo de Prometeo. 



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viernes, 27 de octubre de 2017

CRONOS: EL PADRE DE LOS DIOSES OLÍMPICOS



De los Titanes que nacieron producto de la unión entre Gea y Urano, Cronos es el más joven de todos ellos; por lo tanto pertenece a las divinidades que precedieron a los Dioses Olímpicos. Entre todos sus hermanos, sólo él auxilió a su madre para vengarse de Urano; tomó la hoz y le cercenó los testículos. Derrocado Urano, Cronos ocupó su lugar en la jerarquía divina y se apresuró a arrojar al Tártaro a sus hermanos los Hecatónquiros y también a los Cíclopes.

Ya con el dominio del Universo, Cronos se unió a su hermana Rea. Gea y Urano, depositarios de la sabiduría del mundo, le advirtieron a Cronos que uno de sus hijos lo derrocaría. El Titán, preocupado por la profecía, devoró a cada uno de sus hijos, excepto a Zeus, quien fue protegido por su madre y enviado a Creta para que ahí se criase lejos de su padre. 

Años pasaron, y cuando Zeus creció lo suficiente, se dirigió con Metis para que le ayudase a derrotar a su padre. Ésta le dio una pócima para que la tomase Cronos, y con ello el Titán vomitó a sus hijos que otrora había engullido. Unido a sus hermanos, Zeus enfrentó a su padre en una guerra que duró diez años y de la que saldría vencedor, aquella contienda fue llamada "La Titanomaquia". 

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Además de los hijos que tuvo con Rea, Cronos tuvo de Fílira al centauro Quirón, ser de doble naturaleza, mitad hombre, mitad caballo. Efectivamente cuando se unió a ella, Cronos tomó la forma de un caballo y a ello se debe la naturaleza de aquellos seres. Algunas fuentes afirman que también fue el padre de Hefesto y de Afrodita, pero estas versiones son las menos difundidas y su autenticidad está en duda. 



En la tradición religiosa órfica, Cronos aparece liberado de sus cadenas y habita la isla de los Bienaventurados. Esta reconciliación de Crono con su hijo Zeus, considerado aquel como rey bueno, el primero que haya reinado en el cielo y la tierra, ha conducido a las leyendas de la Edad de Oro. Contábase en Grecia en épocas muy remotas reinó en Olimpia. En Italia, donde Cronos fue identificado desde muy pronto con Saturno, situábase su trono en el Capitolio. Se decía también que había reinado en África, en Sicilia, y de modo general, en todo el Mediterráneo Occidental. Cuando los hombres se corrompieron, se cree que Cronos volvió al cielo.

Por una confusión se le ha identificado con el tiempo, sin embargo, es más correcto asociarle con la agricultura.

FUENTE: DICCIONARIO DE MITOLOGÍA GRIEGA Y ROMANA. P. GRIMAL 











domingo, 22 de octubre de 2017

DIOSES DEL OLIMPO: HERA




Hera es la más grande de las diosas del Olimpo. Es la hija mayor de Cronos y Rea y, por tanto, hermana de Zeus. Como todos sus hermanos, excepto Zeus, fue tragada por su padre, pero fue devuelta a la vida gracias a la astucia de su hermano y de Metis.

Decíase que Hera había sido criada en los confines del mundo por Océano y Tetis, a quien Rea le había confiado cuando la lucha de Zeus y los Titanes. Siempre les había quedado agradecida, y más tarde, al producirse la riña entre Océano y Tetis, se esforzó en reconciliarlos. Otras tradiciones atribuían la educación de Hera a las Horas o bien al héroe Tébeno.

Tiempo después, Hera contrajo nupcias con su hermano Zeus. La boda fue solemne; era, -cuenta Hesiodo, la tercera mujer que la mujer tomaba en "justo matrimonio". La primera había sido Metis y la segunda Temis. Sin embargo, se decía que el amor entre ambos dioses era más antiguo y que se habían unido secretamente hacia el reinado de Cronos. El lugar donde se celebró el matrimonio varía según las tradiciones, pero el más aceptado es "El jardín de las Hespérides", que es el símbolo mítico de las fertilidad, en el seno de una eterna primavera. A veces los mitógrafos dicen simplemente que las manzanas de oro de las Hespérides fueron un presente de Gea a Hera cuando su boda con Zeus, y que la diosa las encontró tan hermosas que las plantó en su jardín, al borde del Océano. 



En Grecia se celebraban fiestas destinadas a conmemoras la boda de Zeus y Hera. Se adornaba la estatua de la diosa ataviándola como una joven desposada, y era llevada en procesión por la ciudad hasta un santuario donde se hallaba preparado un "lecho nupcial". 

Hera es la diosa protectora de las mujeres casadas. Se le representa como una mujer celosa, violenta y vengativa. A menudo, se irrita por las múltiples infidelidades que comete su esposo. De éstos, Heracles tuvo que sufrir su ira más que ningún otro, ya que se le atribuye a la diosa la idea inicial de los "doce trabajos". Pero su actitud a veces le costó ser castigada por Zeus, como aquella vez que la suspendió del Olimpo con un yunque atado a sus pies. Hefesto, quien trató de liberar a su madre, también sufrió la ira de Zeus, al ser arrojado desde lo alto del Olimpo. Hera interviene en otros mitos de gran importancia que es necesario y justo que los tratemos por separado.

Los atributos de Hera es el pavo real. cuyo plumaje pasaba por ser la imagen de los ojos de Argos, el guardián que la diosa había colocado junto a Io. Sus plantas eran el helicriso, la granada y el lirio. 

FUENTE: Diccionario de mitología griega y romana. Pierre Grimal. 










domingo, 3 de septiembre de 2017

GEA: LA MADRE TIERRA


Gea es la Tierra, concebida como el elemento primordial del que surgieron las razas divinas. El papel que desempeña en la Teogonía es muy grande, pero nulo en los poemas homéricos. 

Según Hesiodo, Gea nació en segundo lugar, después de Caos, y antes de Eros. Sin intervención de agente masculino, engendró a Urano (el cielo), que la recubre, y las montañas, así como Ponto, personificación masculina del elemento marino. Después del nacimiento del Cielo, se unió a él; por eso sus hijos no fueron ya simples potencias elementales, sino dioses propiamente dichos. Primero hubo los seis Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Cronos y las seis Titánides: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, que son divinidades femeninas. Cronos es el más joven de todos. 

Vinieron luego los Cíclopes: Arges, Estéropes y Brontes, divinidades relacionadas con el rayo, los relámpagos y el trueno. Finalmente de los amores de Urano nacieron los Hecatónquiros, seres de cien brazos, gigantescos y violentos, llamados Coto, Briareo y Giges. 

Poco a poco la Tierra, potencia y reserva inagotable de fecundidad, pasó a ser la madre de los dioses y la Madre universal. A medida que el pensamiento helénico "personificaba" a sus dioses, la Tierra iba encarnándose en divinidades tales como Démeter o Cibeles, cuyos mitos, más humanos, hablaban más a la imaginación, mientras las especulaciones sobre la Tierra como elemento iban abandonando los dominios de la Mitología para entrar en los de la Filosofía. 

Gea era considerada como inspiradora de numerosos oráculos; poseía los secretos de los Destinos, y sus vaticinios eran más antiguos e incluso más seguros que los de Apolo. 


Fuente: Pierre Grimal. 



domingo, 27 de agosto de 2017

APOLO Y DAFNE


Apolo es un dios perteneciente a la segunda generación de los Olímpicos. Es hijo de Zeus y Leto, y hermano de la diosa Ártemis. Además de ser protector de la música y las artes, también lo es de la caza, por ello sus atributos son el arco y las flechas. 

Apolo fue el encargado de darle muerte al dragón Pitón que se encontraba en Delfos. Aquel día mientras regresaba de su hazaña, se encontró con Eros (Cupido para los romanos) y se mofó de él al verle usar el arco. Eros no se quedó con los brazos cruzados y maquinó una venganza. 

Una tarde mientras Apolo se encontraba en el bosque cazando, Eros observó cerca de él a una hermosa joven, que en realidad era la ninfa Dafne. El dios del amor decidió aprovechar el momento y lanzó una flecha de oro hacia Apolo, lo que le produjo un amor incontrolable, por otra parte, a Dafne le hirió con una flecha de plomo o de plata, lo cual provocó un efecto contrario, es decir, odio y repulsión hacia el amor. Cuando Apolo observó a la ninfa no pudo resistir el deseo de unirse a ella. 

Apolo decidió perseguir a Dafne, pero no lograba darle alcance, la joven, aterrorizada decidió rogar ayuda a su padre, el río Peneo, quien no dudó en auxiliarle y le convirtió en laurel. Cuando Apolo por fin logró alcanzar a la ninfa, observó cómo poco a poco sus miembros se iban convirtiendo en ramas, y su cabello en hojas, hasta que su cabeza se convirtió en la copa de un hermoso árbol. 

Afectado por la situación, Apolo juró honrar la memoria de su amada, y decidió que las hojas del laurel adornaran su cabeza, así como la de todo aquel guerrero y deportista digno de ser recordado. 

Un soneto de Garcilaso de la Vega, habla sobre este hermoso mito:

A Dafne ya los brazos le crecían 
y en luengos ramos se mostraba 
en hojas verdes vi que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían 

De áspera corteza se cubrían 
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban, 
y en torcidas raíces se volvían 

Aquel que fue la causa de tal daño, 
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba 

¡Oh miserable estado! ¡Oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día 
la causa y la razón porque lloraba! 

Por su parte, Ovidio recrea así la escena:

"Apenas terminada la súplica, una pesada torpeza se apodera de sus miembros, sus delicados senos se ciñen con una tierna corteza, sus cabellos se alargan y se transforman en follaje y sus brazos en ramas; los pies, antes tan rápidos, se adhieren al suelo con raíces hondas y su rostro es rematado por la copa; solamente permanece en ella el brillo."

sábado, 26 de agosto de 2017

LAS AMAZONAS: GUERRERAS DE LA ANTIGÜEDAD


Las amazonas son un grupo de mujeres guerreras que descienden de Ares, el dios de la guerra, y de la ninfa Harmonía. No hay unanimidad sobre la ubicación exacta de su reino, sin embargo, se sabe que se encuentra al norte, quizá en la Escitia meridional o quizá en Tracia. Se gobiernan a sí mismas, y practican la monarquía, a la cabeza está, como cabe suponer, una reina. 

No toleran la presencia masculina en su reino, y cuando la permiten sólo es con fines de procreación o de servidumbre. Si llegan a parir un niño, se cree que le dejan ciego y cojo o que incluso le matan. A las niñas, desde temprana edad, les mutilan un seno con fines prácticos, ya que sólo así podrán dominar el uso del arco y la lanza. Dicha costumbre explica el por qué de su nombre, amazonas significa "las que no tienen seno". 

La Diosa que mayor culto recibe por parte de las amazonas es, lógicamente, Ártemis, que tantos puntos en común comparte con el estilo de vida de las guerreras. Por eso es común que se les atribuya la fundación de Éfeso y la construcción de un templo en honor a la diosa. 

No hay certeza en lo siguiente, pero también se tiene la creencia que durante la afamada Guerra de Troya enviaron un contingente liderado por su reina, Pentesilea, para que socorriera a los troyanos. Pero Aquiles no tardó en dar muerte a la reina amazona, cuya última mirada le infundió un amor abrasador. 

"Diversas leyendas cuentan los combates sostenidos por los héroes griegas contra estas extranjeras; por Belerofonte, cumpliendo una orden de Yóbates; por Heracles, que recibió de Euristeo la misión de ir a los márgenes del Termodonte, en Capadocia, a apoderarse del cinturón de Hipólita, reina de las Amazonas. La reina habría consentido en dar su cinturón a Heracles; pero Hera, celosa del héroe, provocó una sedición entre las Amazonas y Heracles tuvo que matar a Hipólita y retirarse luchando. A Heracles en esta expedición lo acompañaba Teseo. Este se apoderó de una amazona, llamada Antíope. Para vengar el rapto, las amazonas se dirigieron contra Atenas, y la batalla se trabó en la misma ciudad; las invasoras acamparon en la colina que, posteriormente, recibió el nombre de Areópago (colina de Areas). Finalmente, fueron vencidas por los atenienses. 

martes, 22 de agosto de 2017

ZEUS, EL PADRE DE LOS DIOSES


Zeus es el más grande de los dioses del panteón helénico. Es el dios de la luz, del cielo sereno, del rayo, del orden universal y el encargado de salvaguardar la justicia, pero no se le identifica con el cielo, como Apolo no se identifica con el Sol, o Poseidón con el mar; ese puesto es de su abuelo, Urano. 

Como todos los dioses olímpicos, Zeus pertenece a la segunda generación de los dioses. Su padre, Cronos, fue advertido por un oráculo sobre su destronamiento a manos de uno sus hijos, es por ello que devoró a cada uno de ellos, excepto a Zeus quien fue resguardado por su madre, y enviado a Creta para que allí creciera y fuera educado por las ninfas. Al llegar a la edad viril decidió confrontar a su padre, y liberar a sus hermanos, para esto pidió consejo a Metis, quien le facilitó una pócima que hizo vomitar a Cronos. La lucha por el poder duró diez años, y los olímpicos resultaron vencedores, en aquella lejana época, Zeus recibió de mano de los cíclopes, el rayo que tanto le caracteriza, y también desde ese tiempo quedó decidido el reparto del gobierno del mundo. 

Gracias a las obras de los antiguos poetas, podemos saber que Zeus corrientemente habita en el Monte Olimpo, y que ocasionalmente baja a la tierra para caminar entre los mortales; uno de sus lugares predilectos es Etiopía, pueblo piadoso entre todos los pueblos. A pesar de ser el Dios de mayor jerarquía de todos los existentes de Grecia, no escapa de los Hados, a los cuales está sometidos como todo ser. Es un ser providencial, y está consciente de su responsabilidad, es el único que no se deja llevar por sus caprichos, excepto si se trata de caprichos amorosos. También es el dispensador de los males y de los bienes. 

Su aparición en diversos episodios mitológicos son tan grandes en número, que cada uno de ellos merece ser tratado por separado. 


domingo, 20 de agosto de 2017

NARCISO Y ECO


Cuenta Ovidio en las Metamorfosis, que Narciso nació producto de la unión entre el dios Cefiso y la ninfa Liríope. Al nacer el pequeño, sus padres consultaron al famoso adivino ciego Tiresias, aquel les mencionó que el niño llegaría a la vejez si no se miraba a sí mismo. 

Llegado a la edad viril, Narciso se convirtió en un joven de increíble belleza, y como era de esperarse desató la pasión de numerosísimas doncellas pero el joven permanecía insensible a ello. Eco fue una de las ninfas que sucumbió a los encantos de Narciso. Pero el comportamiento del joven no cambió y le rechazó. Roto su corazón, Eco se retiró a un lugar solitario donde cesó de alimentarse y adelgazó tanto que sólo quedó de ella su voz lastimera que desde ese entonces repite las palabras de los mortales. 

Las doncellas despreciadas por Narciso claman venganza a los dioses, su petición es escuchada y Némesis acude a su llamada. Este provoca que un día se torne en extremo caluroso, Narciso, que había ido a cazar, se ve obligado a tomar agua de un lago, en él ve, por accidente, su reflejo y se enamora de sí mismo. Ya insensible a lo que ocurría a sus alrededores, se deja morir, inclinado sobre su imagen. Se cree que aún en el río Estigia busca en las aguas su imagen para contemplar sus amados rasgos. Ahí donde murió nació una flor que aún hoy en día lleva su nombre 


Otra versión la refiere Pausanias; él afirma que Narciso tenía una hermana gemela, y lógicamente ambos eran bellísimos. La muchacha murió y Narciso que la amaba entrañablemente, experimentó un fortísimo dolor. Un día que caminaba cerca de un río, creyó por un instante ver a su hermana, aunque él sabía que esto no era cierto, acudía diariamente a contemplar el reflejo de su rostro, hasta que la muerte les unió. 

jueves, 17 de agosto de 2017

ASCLEPIO, EL DIOS DE LA MEDICINA


Hijo de Apolo. Las circunstancias de su nacimiento son inciertas, pero prevalece la versión difundida por Píndaro, que es la siguiente: 

Apolo se había enamorado de Corónide, la hija de un rey tesalio, sin embargo, durante su embarazo, la joven se unió a un mortal llamado Isquis. Apolo, advertido por una corneja, o quizá ayudado por sus dones adivinatorios, se enteró de la infidelidad y dio muerte a su amada. Ya en la pira funeraria, Apolo abrió el vientre de Corónide y extrajo de ahí a su hijo, que aún vivía. 

Asclepio fue confiado por su padre al centauro Quirón, quien le enseñó la medicina. En muy poco tiempo el joven Asclepio dominó el arte de la medicina y tal fue su habilidad que incluso descubrió como resucitar a los muertos. Efectivamente, de Atenea recibió la sangre vertida por Medusa al momento de su muerte. La sangre que se derramó del lado izquierdo era mortal para quien la tocase, pero la del lado derecho curaba todo tipo de dolencias y devolvía la vida a quien la había perdido. La lista de resucitados fue tan grande que llamó la atención de Zeus, quien temeroso de que el orden del cosmos se alterase, decidió acabar con la vida de Asclepio. 

Apolo enfurecido por el asesinato de su hijo, abatió a los cíclopes, y elevó al cielo a Asclepio, quien se convirtió en la constelación del Serpentario. 

Los atributos ordinarios de Asclepio eran un bastón con una serpiente enrrollada, piñas, coronas de laurel y a veces una cabra o un perro le acompañaba. 

La vara de Asclepio ó Esculapio ha sido tomada como el símbolo de la Medicina. 





miércoles, 16 de agosto de 2017

ICARO Y DÉDALO


Dédalo, natural de Atenas, es, sin duda, uno de los personajes arquetípicos más afamados de la mitología griega. 

Según se cuenta, Dédalo vivió durante un tiempo en Atenas, donde tenía por discípulo a su sobrino Talo, hijo de su hermano Pérdix. Era tal el talento de Talo, que inspirándose en la mandíbula de una serpiente, inventó la sierra, esto provocó la envidia de su tío, quien lo precipitó desde lo alto de la Acrópolis, dando así muerte a su sobrino. 

Dédalo hubo de comparecer en el Areópago, donde fue encontrado culpable y obligado al destierro. Huyó hacia Creta donde se convirtió en el arquitecto y escultor personal del rey Minos. Fue él el encargado de construir una vaca de madera para Pasífae, y también se le encomendó a él la construcción del laberinto que encerraba entre sus galerías al Minotauro. 

Muerto el minotauro (click para leer su mito), Minos determinó encerrar en el laberinto a Dédalo y a su hijo Ícaro. Haciendo gala de su ingenio, Dédalo resolvió fabricar unas alas para él y su hijo, las pegó con cera y huyeron volando de su prisión. Dédalo recomendó a su hijo que no se excediera en la altura de su vuelo ni que volara tan bajo, pero Ícaro extasiado se llenó de orgullo y no atendió a los consejos de su padre. Voló tan alto y tan cerca del Sol, que éste derritió la cera provocando la caída del osado joven. Ícaro perdió la vida en el mar, esas aguas son conocidas como Icaria desde ese entonces.  

domingo, 23 de julio de 2017

AFRODITA, LA DIOSA DEL AMOR.


Afrodita es la diosa del amor, identificada en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Sobre su nacimiento se transmite dos tradiciones: ora es considerada como hija de Zeus y de Dione, ora hija de Urano, cuyos órganos sexuales, cortados por Crono, cayeron al mar y engendraron a la Diosa nacida de las olas. 

Apenas salida de las aguas, la diosa fue llevada por los Céfiros, primero, a Citera, y luego a la costa de Chipre, donde fue acogida por las Estaciones, vestida, ataviada y conducida por ellas a la morada de los Inmortales. Posteriormente, Platón imaginó la existencia de dos Afroditas distintas: la nacida de Urano (el cielo), Afrodita Urania, diosa del amor puro, y la hija de Dione, la Afrodita Pandemo (es decir, la Afrodita Popular), diosa del amor vulgar. Pero esta es una interpretación filosófica tardía, extraña a los mitos más antiguos. 

Afrodita no sólo era diosa del amor sexual, sino también del afecto, del cariño y de todos los impulsos afectivos que sostienen la vida social. 

En los nombres de esta diosa sobreviven aspectos más arcaicos de su culto. Afrodita era Apostrofia, "la que da la espalda"; Androphonos, "matadora de hombres"; Tymborychos, "sepulturera", Anosia, la impía. Los atenienses la consideraban "la moira más vieja"; la mayor de las Parcas. 

Además de sus conocidos amores con Ares y Hefestos es muy famoso el amor que profesó hacia Adonis, la diosa también amó a Anquises. Las iras y maldiciones se hicieron famosas. Ella inspiró a Eos un amor irresistible por Orión para castigarla por haber cedido a Ares. También castigó, porque no la honraban, a todas las mujeres de Lemnos, impregnándola de un olor insoportable hasta el punto de que sus maridos las abandonaron. Su favor no era menos peligroso, baste recordar el mito de la manzana de la discordia, en el cual Afrodita ofreció los amores de la mujer más bella de la tierra (Helena) a Paris si este la elegía como la diosa más hermosa de todas; este hecho provocó la afamada Guerra contra Troya. 

Los animales favoritos de la diosa eran las palomas. Sus plantas eran las rosas y el mirto. 

Fuente: Diccionario de mitología griega y romana. Grimal. 
             Diccionario de mitología universal. Cotterell. 


domingo, 18 de junio de 2017

LAS SIRENAS


A lo largo del tiempo, las Sirenas cambian de forma. Su primer historiador, el rapsoda del duodécimo libro de la Odisea, no nos dice cómo eran; para Ovidio, son aves de plumaje rojizo y cara de virgen; para Apolonio de Rodas de medio cuerpo arriba son mujeres y, abajo, aves marinas; para el maestro Tirso de Molina (y para la heráldica), "la mitad mujeres, peces la mitad". No menos discutible es su género; el diccionario clásico de Lemprière entiende que son ninfas, el de Quicherat que son monstruos y el de Grimmal que son demonios. Moran en una isla del Poniente, cerca de la isla de Circe, pero el cadáver de una de ellas, Parténope fue encontrado en Campania, y dio su nombre a la famosa ciudad que ahora lleva el del Nápoles, y el geógrafo Estrabón vio su tumba y presenció los juegos gimnásticos que periódicamente se celebraban para honrar su memoria. 

La Odisea refiere que las Sirenas atraían y perdían a los navegantes y que Ulises, para oír su canto y no perecer tapó con cera los oídos de los remeros y ordenó que lo sujetaran al mástil. Para tentarlo, las Sirenas le ofrecieron el conocimiento de todas las cosas del mundo. 

"Nadie ha pasado por aquí en su negro bajel, sin haber escuchado de nuestra boca la voz dulce como el panal, y haberse regocijado con ella y haber proseguido más sabio...porque sabemos todas las cosas: cuantos afanes padecieron argivos y troyanos en la ancha Tróada por determinación de los dioses, y sabemos cuanto sucederá en la tierra fecunda" (Odisea, XII) 

Una tradición recogida por el mitólogo Apolodoro, en su Biblioteca, narra que Orfeo, desde la nave de los Argonautas, cantó con más dulzura que las sirenas y que éstas se precipitaron al mar y quedaron convertidas en rocas, porque su ley era morir cuando alguien no sintiera su hechizo. También la Esfinge se precipitó desde lo alto cuando adivinaron su enigma. 

En el siglo VI, una Sirena fue capturada y bautizada en el nombre de Gales, y figuró como una santa en ciertos almanaques antiguos, bajo el nombre Murgen. Otra, en 1403, pasó por una brecha en un dique, y habitó en Haarlem hasta el día de su muerte. Nadie la comprendía, pero le enseñaron a hilar y veneraba como por instinto la cruz. Un cronista del siglo XVI razonó que no era un pescado porque sabía hilar, y que no era una mujer porque podía vivir en el agua. 

El idioma inglés distingue la sirena clásica "Siren" de las que tienen colas de pez "mermaids". En la formación de esta última imagen habrían influido por analogía los tritones, divinidades del cortejo de Poseidón. En el X libro de la República, ocho sirenas presiden la revolución de los ocho cielos concéntricos. Sirena: supuesto animal marino, leemos en un diccionario brutal. 

ATENEA


Cuando Metis estaba encinta, Zeus, su esposo, la devoró; esta acción fue motivada por consejo de Gea y Urano quienes le advirtieron que si tenía una hija, esta a su vez tendría un hijo que le derrocaría. Sin embargo, Zeus comenzó a padecer de fuertes dolores de cabeza, a tal punto que le pidió de favor a Hefesto, el dios de la fragua, que le abriera la cabeza de un hachazo, y así lo hizo. En ese momento nació Atenea, ya enfundada con su yelmo y su armadura. Se cree que el lugar donde sucedieron estos hechos fue el lago Tritonis en Libia. 

Cuando sucedió la Gigantomaquia, Atenea fue de vital importancia, dando muerte a Palante y a Encélado, al primero le desolló y con su piel se fabricó una coraza, al segundo le persiguió hasta darle alcance, acto seguido le lanzó una isla entera, terminando de esta forma con su vida. También Homero le da un papel fundamental en sus poemas; durante la Guerra de Troya, Atenea estuvo de lado de los aqueos. 

A Atenea se le considera diosa de la razón y la inteligencia, preside las artes, y tiene un estrecho vínculo con la Filosofía, también es la protectora de las hilanderas, tejedoras y bordadoras. Representa el lado inteligente de la guerra, es decir la táctica, y cuando se enfrentó a Ares, le derrotó. 

También dedicó su talento a las artes de la paz, y en África se le reconocía como la inventora del aceite de oliva, e incluso como la introductora de este producto a aquella región. 

Los atributos de Atenea eran la lanza, el casco y la égida. En su escudo fijó la cabeza de la gorgona Medusa. Su animal preferido era la lechuza; su planta, el olivo.

Mitos relacionados:

Aracne  ---Click para leer 

martes, 13 de junio de 2017

EL CANCERBERO


Si el infierno es una casa, la casa de Hades, es natural que un perro la guarde; también es natural que a ese perro lo imaginen atroz. La Teogonía de Hesíodo le atribuye cincuenta cabezas; para mayor comodidad de las artes plásticas, este número ha sido rebajado y las tres cabezas del Cancerbero son del dominio público. Virgilio menciona sus tres gargantas; Ovidio, su triple ladrido; Butler compara las tres coronas de la tiara del Papa, que es portero del Cielo, con las tras cabezas del perro que es portero de los Infiernos. Dante le presta caracteres humanos que agravan su índole infernal: barba mugrienta y negra, manos uñosas que desgarran, entre la lluvia, las almas de los réprobos. Muerde, ladra y muestra los dientes. 

Sacar al Cancerbero a la luz del día fue el último de los trabajos de Hércules. Un escritor inglés del siglo XVIII, interpreta así la aventura: 

"Este perro con Tres Cabezas, denota el pasado, el presente y el porvenir, que reciben y como quien dice, devoran todas las cosas. Que fuera vencido por Hércules prueba que las acciones heroicas son victoriosas sobre el Tiempo y subsisten en la memoria de la posteridad. 

Según los textos más antiguos, el Cancerbero saluda con el rabo (que es una serpiente) a los que entrar al Infierno, y devora a los que procuran salir. Una tradición posterior hace morder a los que llegan; para apaciguarlo era costumbre poner en el ataúd un pastel de miel. 

Texto de: Jorge Luis Borges, El libro de los seres imaginarios. 

sábado, 3 de junio de 2017

SÍSIFO


Durante una apacible tarde, Sísifo, rey de Corinto, observó desde sus dominios dos figuras que surcaban los aires, fijó su vista en aquellos seres, y se dio cuenta que eran Zeus y Egina, la hija de Asopo. El rey no le dio importancia a tal suceso y siguió descansando junto a su rebaño y a su corte, hasta que poco tiempo después se presentó frente a él, Asopo quien angustiado había buscado a su hija durante horas sin saber nada de ella. Sísifo le prometió que le revelaría el nombre del raptor, con una condición: que hiciera brotar una fuente de agua cristalina en Corinto, Asopo accedió a tal petición y fue así como se enteró que Zeus era quien había raptado a su hija. 

Al enterarse de lo sucedido, Zeus montó en cólera y decidió acabar con la vida de Sísifo; para esto envió a Tánatos (la personificación de la muerte) con la misión de que matase al rey, sin embargo, Sísifo se valió de su astucia y logró encadenarle y durante ese tiempo nadie en la tierra murió. Zeus intervino en la situación, liberó a Tánatos, y se dispuso a llevarse a Sísifo a los infiernos, y así fue, pero antes de ello el rey le ordenó a su esposa que no realizara los debidos ritos funerarios. Ya en el inframundo, Hades increpó a Sísifo por no presentarse como todas las personas fallecidas, el rey culpó a su esposa y pidió volver a la superficie para recriminarle su falta, Hades, que estaba muy indignado, accedió. 

Una vez en la Tierra, Sísifo evitó volver al Hades, y vivió en Corinto  hasta una edad muy avanzada. Cuando murió por causas naturales, Hades que se sintió burlado en el pasado, se encargó de que el rey no le viera la cara una vez más, y para eso le impuso un castigo: subir una enorme roca a lo alto de una colina, sin embargo, al estar a punto de alcanzar la cima, la roca caía irremediablemente, debiendo comenzar su labor, así por toda la eternidad.

sábado, 27 de mayo de 2017

PERSEO Y MEDUSA


Se dice que un oráculo le advirtió a Acrisio, rey de Argos, de que su nieto le asesinaría. En un intento por evadir su destino, el rey corrió a su casa y encerró a Dánae, su única hija, en una torre con puertas de latón, la cual estaba custodiada por un perro salvaje y para cerciorarse de que no viera a persona alguna, él mismo le llevó con sus propias manos el alimento día a día. 

Un día mientras Dánae miraba el horizonte apoyada en las almenas, Zeus la observó e inmediatamente se enamoró de ella. Para no levantar sospechas, ni provocar los celos de Hera, el padre de los dioses se convirtió en lluvia de oro para así descender en la torre. Dánae corrió horrorizada al ver que la lluvia le seguía pero cuando Zeus cobró su forma habitual y le pidió unirse a él, la joven accedió. Pasaron los meses y Dánae dio a luz a un pequeño niño que fue llamado Perseo. Cuando Acrisio escuchó el llanto del niño, se encolerizó y cuestionó a su hija sobre quién era el padre del niño. Al saber la verdad, Acrisió no decidió asesinarles por temor a desatar la ira de Zeus, pero procedió a encerrarlos en un cofre y arrojarlos al mar; sí se ahogan es culpa de Poseidón, no mía, -pensó el rey. 

Cuando Zeus observó lo sucedido, le ordenó a Poseidón que mantuviera el mar en calma, y así lo hizo. Cierto día, mientras el cofre flotaba cerca de la isla de Séfiros, un pescador les observó y los rescató de su prisión, y cuando se aseguró que estaban en buenas condiciones, los llevó  ante Polidectes, rey de Séfiros. El rey quedó enamorado de la belleza Dánae y rápidamente le propuso matrimonio, a lo cual la joven se negó rotundamente. 

Dictis era el nombre del pescador que recogió a Dánae y a su hijo, y fue él quien les acogió en su casa, y educó a Perseo, que no tardó en convertirse en un joven fuerte y de gran belleza. A pesar de haber pasado muchos años, Polidectes aun estaba enamorado de Dánae, pero ahora era más peligroso acercarse a ella, ya que siempre estaba custodiada por su hijo. Un día, Polidectes invitó a todos a un gran banquete y les preguntó qué era lo que le regalarían, la mayoría de las personas contestó que un caballo, excepto Perseo, quien dijo que de ser necesario le llevaría la cabeza de la mismísima Medusa (una joven que había sido convertida en gorgona por ser descubierta por Atenea mientras Poseidón abusaba de ella dentro de un templo). Al otro día todos los jóvenes llevaron el caballo prometido, todos menos Perseo. Entonces Polidectes le ordenó al joven que fuera en busca de la cabeza de Medusa, de no ser así abusaría y tomaría por la fuerza a su madre. 

Hermes y Atenea acudieron en ayuda de Perseo. Atenea le entregó un escudo pulido para que lo utilizara como un espejo al cortare la cabeza a Medusa, evitando así convertirse en piedra; y Hermes le dio una hoz afilada. Pero Perseo aun necesitaba el casco que le proporcionara la invisibilidad del dios Hades, unas sandalias aladas y también una bolsa mágica para meter la cabeza de su víctima. Todo esto lo tenían las náyades del río Estigia. 

Para saber la ubicación de las náyades, Perseo tuvo que visitar a las Grayas, las tres hermanas que compartían un solo ojo y un solo diente, el joven se las ingenió para quitárselos y les amenazó que sólo se los devolvería cuando le revelaran la ubicación de las náyades, y así fue, entonces acudió con ellas y les amenazó también a ellas con revelar su ubicación a todo habitante del mundo sí no le facilitaban las armas que necesitaba, las náyades aceptaron. 

Perseo voló a una velocidad increíble, hasta llegar a la isla donde habitaba Medusa. Sigilosamente se acercó a ella y cuando tuvo la oportunidad le cortó la cabeza de un solo tajo; de la sangre que brotó nacieron infinidad de serpientes, y desde entonces Libia se convirtió en un lugar peligroso. Ya de regreso en Séfiros, acabó con Polidectes y regresó las armas a Hermes para que las entregara a sus respectivos dueños.  

Tiempo después, Perseo participó en unos juegos celebrados en Argos, su ciudad natal. La competencia en la que se inscribió era el lanzamiento de disco; al llegar su turno, Perseo lanzó con tanta fuerza el disco que llegó hasta las gradas, y golpeó a un anciano que cayó muerto por la fuerza del impacto, ese anciano era Acrisio, el abuelo de Perseo, y fue así como se cumplió la profecía que tiempo atrás había pronunciado el oráculo. 

sábado, 20 de mayo de 2017

ORFEO Y EURÍDICE


Orfeo, era hijo de Eagro y de Caliope, la Musa que inspiraba a los poetas. Cuenta la leyenda que dicho joven fue el músico más talentoso de su época y que cuando se disponía a tocar su lira, los hombres se acercaban a escucharle para así descansar su alma; pero los alcances de su talento no se detenían ahí, ya que incluso las fieras se amansaban al escucharle y las rocas y árboles seguían el ritmo de sus notas. 

Gracias a su talento, Orfeo logró enamorar a la ninfa Eurídice y los dos se casaron y vivieron felizmente hasta un día en el cual la joven ninfa caminaba por un río de Tracia, donde fue acosada por Aristeo, quien pretendía violarla; al huir, Eurídice fue mordida por una serpiente que allí se encontraba y fue de esta manera como terminaron los días de la ninfa. Su esposo no lograba aceptar la pérdida de su amada, y le lloró durante días enteros hasta que todo la decisión de realizar algo que estaba vedado a los mortales: visitar el Hades, y así lo hizo: 

En su camino hacia los infiernos, Orfeo hechizó con su música al barquero Caronte, quien le cruzó al otro lado del Estigia; hechizó a Cerbero, el perro de tres cabezas, y le hizo gañir y lamerle los pies; Hechizó a las Furias quienes interrumpieron sus azotes y le escucharon, mientras todos los castigos cesaban; hechizó a la princesa Perséfone e hizo que le diera la contraseña secreta para poder beber de la Fuente del Olvido; incluso hechizó a Hades, quien accedió que Eurídice abandonara sus dominios con una sola condición: que Orfeo no mirara hacia atrás antes de que su amada observara las primeras luces del Sol. Así pues, Orfeo guió a la ninfa con su música hasta que fue asaltado por la duda, y miró para asegurarse de que le seguía, en ese instante Eurídice se desvaneció para no volver nunca más. 

Embargado por el dolor, Orfeo decidió retirarse a los montes donde entonó la música más triste que jamás se haya escuchado en la tierra, y juró que no se uniría nuevamente a ninguna mujer que le pretendiera. Muchas fueron las rechazadas y por consiguiente despechadas, entre ellas "Las Ménades", quienes dominadas por su delirio dionisiaco, asesinaron y descuartizaron a Orfeo. Algunos dicen que el cuerpo de Orfeo fue abandonado en las aguas del mar, y que ahí se sigue escuchando su música, pero otros creen que las ninfas recogieron los restos del joven músico, y que su lira fue elevada a los cielos en forma de constelación. En cuanto a su alma, se cree que encontró a la de su amada y desde entonces viven felizmente.