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domingo, 9 de julio de 2017

MITOLOGÍA CELTA: EPONA


Su nombre equivale a "yegua divina", aunque hay versiones que esa antigua voz equivale simplemente a "caballo". Los celtas vieron en ella a la protectora de los jinetes, los viajeros, los equinos, las yeguas, los burros y las mulas. Su culto se extendió a través de toda la Europa céltica, principalmente recibía tributo de los galos. 

Se le solía representar a lomos de un caballo, o en medio de una manada de estos animales, ya sea cuidando de ellos, o alimentándoles; en la Galia tenía el aspecto de una hermosa ninfa. Su vestimenta se caracterizaba por sus largos ropajes, por su cabeza cubierta y por la diadema que le adornaba; a veces se le representa desnuda y se dice que podía cambiar de forma a voluntad. 

A Epona también se le identificaba con el culto de las fuentes; a la manera de Pegaso que de un golpe hizo surgir la fuente Hipocrene, del golpe de Epona surgían las aguas sagradas; los celtas creían escucharle en los ríos y verle en la espuma de las olas que llegaban a las costas. Los viajeros le rendían culto para que los guiase en sus caminos, es por esto que también se le ha asociado como la encargada de guiar a las almas en su camino al más allá. 

Su culto llegó a rendirse incluso en Roma, donde alcanzó fama entre los legionarios por la importancia de la caballería en el campo de batalla. Se dice que incluso su efigie pudo observarse en las monedas de Roma, y que fue la única diosa gala que entró en el panteón romano. 

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