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domingo, 16 de julio de 2017

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA OCCIDENTAL: LOS ORÍGENES


El lugar de nacimiento de la filosofía griega fue la costa del Asia Menor, y los primeros filósofos griegos fueron jonios. Mientras la misma Grecia se hallaba en un estado de caos y de relativa barbarie, a consecuencia de las invasiones dorias del siglo XI a.J.C, que hundieron a la antigua cultura egea, Jonia conservó el espíritu de la civilización anterior, y al mundo jónico perteneció a Homero, aunque los poemas homéricos gozaron del patronazgo de la nueva aristocracia aquea. Los poemas homéricos no pueden ser considerados, en verdad, como una obra filosófica (si bien son muy valiosos, indudablemente, por cuento revelan ciertos estadios de la vida de los griegos y de su manera de pensar, así como tampoco debe subestimarse su influjo educativo sobre los griegos de épocas posteriores); las aisladas ideas filosóficas que en estos aparecen distan mucho de estar organizadas sistemáticamente (lo están bastante menos que en los poemas de Hesiodo, el escritor épico nacido en la Grecia continental, que refleja en su obra su visión pesimista de la historia, su convicción del imperio de la ley en el mundo animal y su preocupación ética porque se haga la justicia entre los hombres). Pero es significativo que el mayor poeta de Grecia y el primero en despuntar de la filosofía sistemática pertenezcan ambos a la Jonia. 

Es importante recalcar que la Jonia era la encrucijada en que venían a encontrarse el Occidente y el Oriente, de tal modo que se puede plantear la cuestión de si la filosofía griega debió o no su origen a influencias orientales, de si, por ejemplo, fue oriunda de Babilonia o de Egipto. Tal opinión ha sido sostenida, pero ha habido que desecharla. Los filósofos y los escritores griegos nada saben de ella -ni siquiera Herodoto, que tan decididamente sostiene su teoría predilecta de los orígenes egipcios de la religión y la civilización griegas-. La teoría del origen oriental se debe sobre todo a los escritores alejandrinos, de quienes tomaron los apologistas cristianos. Los egipcios de la época helenística, por ejemplo, interpretaron sus mitos conforme a las ideas de la filosofía griega. Pero esto no pasa de ser una de tantas muestras de la tendencia de los alejandrinos a la alegoría; objetivamente no tiene más validez que aquella pretensión judía según la cual Platón habría sacado del Antiguo Testamento todos sus conocimientos. Ni qué decir tiene que sería bastante difícil explicar cómo pudo haberse transmitido a los griegos el pensamiento egipcio (los mercaderes no son de la clase de gente de la que quepa esperar la transmisión de nociones filosóficas). 

La filosofía griega estaba en estrecha relación con las matemáticas y se ha mantenido que los griegos derivaron sus matemáticas de Egipto y su astronomía de Babilonia. Ahora bien, que las matemáticas griegas estuvieran influenciadas por las egipcias y la astronomía griega por la babilónica es más probable; porque la ciencia y la filosofía griegas empezaron a desarrollarse precisamente en aquella región en la que más pueden esperar los intercambios con Oriente. Sin embargo, no es lo mismo decir esto que decir que las matemáticas científicas griegas derivaron de Egipto o su astronomía de Babilonia. 

Atendiendo a lo antes dicho, puede decirse que los griegos surgen como los primeros pensadores y científicos de Europa. Ellos por primera vez buscaron el saber  por lo que en sí vale, y lo buscaron con un espíritu científico libre y sin prejuicios. Es más, dado el carácter de la religión griega, estaban ellos libres de influjo de cualquier casta sacerdotal que tuviese poderosas tradiciones y doctrinas propias no razonadas, mantenidas tenazmente y reservadas sólo a algunas, lo cual habría podido entorpecer el libre desarrollo de la ciencia. 

El brillante proceso del pensamiento griego tuvo su cuna en Jonia; y si Jonia fue la cuna de la filosofía griega, Mileto lo fue de la filosofía jonia. Porque en Mileto floreció Tales, que fue según fama el primero de los filósofos jonios. A éstos les impresionó profundamente el hecho del cambio, del nacer y del crecer, de la descomposición y la muerte. La primavera y el otoño en el mundo de la naturaleza exterior, la infancia y la vejez en la vida del hombre, la generación y la corrupción, eran los hechos evidentes e inevitables del universo. Es grave error suponer que los griegos fueran felices y despreocupados "hijos del sol", deseosos tan sólo de pasearse por los pórticos de las ciudades y de contemplar las magníficas obras de arte o las proezas de sus atletas. Fueron consientes también del aspecto sombrío de nuestra existencia sobre este planeta, pues en contraste con el sol y la alegría se percataban de la incertidumbre e inseguridad de la vida humana, de la certeza de la muerte y de la oscuridad del futuro:

Lo mejor para el hombre sería no haber nacido ni haber visto la luz del sol; pero, una vez nacido (lo mejor para él es) atravesar las puertas de la muerte con la mayor rapidez posible", Teognis. 

En los siguientes posts podremos conocer a cada uno de los filósofos pre-socráticos. 

Fuente directa: Historia de la filosofía. Grecia y Roma. F. Copleston. 

1 comentario:

  1. Ligero y profundo; tratar las condiciones superestructurales antes que abalanzar un montón de datos abstrusos.

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